Kyiv sostiene que los fondos congelados de Rusia son cruciales para la restauración del país post-conflicto, una cifra que supera los USD 400.000 millones.
El gobierno ucraniano mantiene firme su postura: la totalidad de los activos rusos congelados deben ser destinados a la reconstrucción de Ucrania una vez que la guerra haya terminado.
Frente a los daños sin precedentes ocasionados por la invasión rusa, Kyiv estima que la reparación del país exigirá no menos de USD 400.000 millones, una suma que podría duplicarse al considerar las compensaciones para las víctimas del conflicto.
Los activos soberanos rusos bloqueados, que ascienden a unos USD 223.000 millones, son vistos por Ucrania no solo como una compensación justa sino como una necesidad imperiosa para la rehabilitación nacional. La iniciativa de la Comisión Europea, encabezada por Ursula von der Leyen, de reunir una porción de estos fondos y transferirlos a Ucrania ha sido recibida con una mezcla de esperanza y escepticismo por parte de Kyiv.
La viceministra de Justicia de Ucrania, Irina Mudra, ha subrayado la importancia de que estas medidas no se queden cortas frente a las enormes necesidades del país.
En un contexto global donde la atención se dispersa hacia otros focos de tensión, Ucrania se enfrenta al riesgo de una disminución en la ayuda occidental, lo que subraya la urgencia de asegurar fondos para la reconstrucción, la economía y el desarrollo de sus capacidades defensivas. La brecha presupuestaria de 40.000 millones de dólares del año pasado refleja la magnitud del desafío económico que el país debe superar.
La reciente aprobación del presupuesto ucraniano para 2024 por parte del Parlamento destaca la preeminencia de la defensa y la recuperación económica entre sus prioridades, con un déficit previsto de USD 41.000 millones, cerca del 20% del PIB del país. El presidente Zelensky ha sido claro en su mensaje: todos los recursos disponibles deben ser empleados en el fortalecimiento de Ucrania.
El enfoque en la defensa se hace patente en el incremento del 68% en el presupuesto militar para el próximo año, ascendiendo a USD 115.000 millones. Este esfuerzo presupuestario refleja la resiliencia y determinación de un país en medio de una de las crisis más significativas de la historia reciente. Ucrania no solo busca cerrar su brecha fiscal sino también preparar el terreno para una era post-conflicto que requerirá una reconstrucción a gran escala y una inversión considerable en su tejido social y económico.