JORGE

Jorge Rodríguez contraataca: «No más observadores europeos en elecciones venezolanas»

En respuesta a las sanciones extendidas de la UE, Jorge Rodríguez anuncia el veto a misiones de observación electoral europeas en Venezuela.

La reciente decisión de la Unión Europea de prolongar las sanciones contra 54 funcionarios vinculados al gobierno de Venezuela ha desencadenado una respuesta férrea por parte de Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional controlada por el madurismo.

En un acto que redefine la postura del régimen frente a las sanciones europeas, Rodríguez ha decretado que mientras persistan las medidas, la presencia de observadores electorales europeos en suelo venezolano quedará prohibida.

«Nos encontramos ante un nivel de grosería y de insolencia, que son definitivamente inaceptables», expresó Rodríguez durante una sesión parlamentaria, señalando directamente a la Unión Europea. «Mientras quede un venezolano o una venezolana sancionado por la UE, mientras quede una sanción inocua de la UE en contra de Venezuela, estarán impedidos de acudir a Venezuela para observar ningún tipo de elección».

Rodríguez, en su fervor retórico, fue más allá y acusó a la UE de actuar como «perros falderos» a las órdenes de Estados Unidos, tachando la renovación de sanciones como un acto obediente a directrices externas. «Son perros falderos que mueven la cola y la cabeza al son de las órdenes que les dictan», dijo con desdén.

La tensión se intensifica a medida que Rodríguez insinúa poseer información confidencial de «conversaciones secretas» con «agentes extranjeros», amenazando con revelar detalles si ciertos acuerdos no se respetan. «Como si fueran viajes perdidos los vuelos de 16 horas que hacíamos cada 3 semanas para llevar a cabo esas conversaciones», apuntó, poniendo en duda la transparencia y buena fe de las negociaciones pasadas.

La medida anunciada por Rodríguez implica un significativo cambio en el terreno político venezolano, marcando un distanciamiento aún mayor entre Venezuela y las instituciones europeas, y potencialmente afectando la percepción internacional sobre la legitimidad de futuros comicios en la nación sudamericana.

Con las elecciones presidenciales en el horizonte, el mundo observa con atención la evolución de esta discordia política y sus posibles repercusiones en la ya compleja escena venezolana.