La Cancillería china responde a las declaraciones del equipo de Javier Milei, enfatizando la relevancia económica y comercial de su relación con Argentina.
El delicado equilibrio de la política exterior argentina se encuentra en el punto de mira tras las recientes declaraciones del equipo de Javier Milei, presidente electo, que han generado una respuesta directa desde Beijing.
La portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, fue clara al expresar que sería un “gran error” para Argentina distanciarse de países con el peso económico y la influencia de China y Brasil.
Mao Ning respondió a las palabras de Diana Mondino, asesora de Milei en política exterior, quien en una entrevista a la agencia rusa Sputnik comentó sobre la posibilidad de “dejar de interferir con el Gobierno de Brasil y China”. La portavoz chino manifestó que existe confusión respecto al significado de dichas declaraciones y remarcó la imposibilidad de disociar las relaciones diplomáticas de la cooperación económica y comercial.
«China es el segundo socio comercial de Argentina y el primer mercado de exportación de sus productos agrícolas”, recordó Mao, poniendo en relieve la profunda interdependencia económica y el potencial de cooperación entre ambos países. El mensaje de Beijing, que felicitó a Milei por su victoria, sigue siendo uno de disposición a continuar la amistad y el trabajo conjunto con Argentina.
Sin embargo, las posiciones anteriores de Milei sobre China, donde afirmó que no haría negocios con el país y que cortar relaciones no sería una tragedia macroeconómica, han generado cierta incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral. Estas declaraciones contrastan con las de Sergio Massa, quien había destacado la importancia del país asiático como socio económico durante una visita a Beijing.
La relación entre Beijing y Buenos Aires ha sido estrecha en los últimos años, con Argentina uniéndose a la iniciativa de la Franja y la Ruta de China y con importantes inversiones chinas en sectores estratégicos argentinos. La presencia de empresas chinas en el país suramericano, especialmente en el agropecuario y en el de recursos naturales como el litio, crucial para la industria de vehículos eléctricos de China, es notable.
En este cruce de caminos, el gobierno entrante de Argentina se encuentra ante la decisión de mantenerse en la Franja y la Ruta y de sostener un acuerdo «swap» que debería beneficiar a ambas naciones. La dirección que tome este nuevo gobierno con respecto a China podría redefinir no solo su política exterior sino también su economía y su lugar en el tablero geopolítico global.