CARNEY

Ataques en el Mar Rojo: Buque de guerra estadounidense y barcos comerciales bajo fuego

Los rebeldes hutíes de Yemen se atribuyen el ataque contra dos barcos vinculados a Israel pero no reconocen el ataque al USS Carney de EE.UU.

Un buque de guerra de Estados Unidos y varios barcos comerciales fueron atacados el domingo en el Mar Rojo, en lo que podría ser una escalada significativa en la serie de ataques marítimos en Oriente Medio, vinculados a la guerra entre Israel y Hamás. Los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron los ataques contra dos buques asociados a Israel, pero no admitieron haber atacado al buque estadounidense USS Carney.

El Pentágono, informando a The Associated Press, confirmó que están al tanto de los informes sobre ataques al USS Carney, un destructor de la clase Arleigh Burke, así como a buques comerciales en el Mar Rojo. Por su parte, el ejército británico notificó de un presunto ataque con drones y explosiones en la misma área, sin ofrecer detalles adicionales.

Aunque el Pentágono no especificó el origen de los disparos, los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, han llevado a cabo varios ataques contra buques en el Mar Rojo, así como ataques con drones y misiles contra Israel. Un funcionario estadounidense, bajo anonimato, indicó que el ataque empezó alrededor de las 10 a.m. en Sanaa, Yemen, y duró hasta cinco horas.

Este ataque se suma a la creciente lista de incidentes marítimos en medio de la tensión entre Israel y Hamas, con el transporte marítimo mundial convirtiéndose en un blanco cada vez más frecuente. A principios de noviembre, los hutíes capturaron un buque de transporte vinculado a Israel en el Mar Rojo, manteniéndolo retenido cerca de la ciudad portuaria de Hodeida.

La agresión directa a intereses estadounidenses por parte de los hutíes no se había visto desde hace algún tiempo, lo que sugiere un incremento en la intensidad del conflicto marítimo. En 2016, Estados Unidos respondió a ataques de los hutíes contra sus buques lanzando misiles de crucero Tomahawk, destruyendo tres emplazamientos de radares costeros controlados por los rebeldes.

La situación en el Mar Rojo sigue siendo volátil y la comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada en el conflicto, y su impacto en la seguridad y el comercio marítimo global.