El legendario manager Jim Leyland, quien llevó a los Marlins a la gloria de la Serie Mundial, es elegido para el Salón de la Fama del Béisbol.
Jim Leyland, el icónico manager que llevó a los Marlins de Florida a su primer título de la Serie Mundial, ha sido elegido para ingresar al Salón de la Fama del Béisbol en Cooperstown como parte de la Clase del 2024. Leyland, conocido por su intensidad y pasión por el juego, será oficialmente inmortalizado en una ceremonia que tendrá lugar el 21 de julio.
“Es la última parada, realmente, en lo que respecta a tu carrera en el béisbol”, dijo un emocionado Leyland. “Aterrizar en Cooperstown es lo máximo. Es un honor que nunca esperé, pero estoy seguro de que voy a disfrutarlo”.
A sus 78 años, Leyland es reconocido por su impresionante trayectoria de 22 temporadas como manager en las Mayores. Dirigió a los Piratas de Pittsburgh, los Marlins de Florida, los Rockies de Colorado y los Tigres de Detroit, acumulando 1.769 victorias, la segunda mayor cantidad entre los entrenadores que nunca jugaron en las Grandes Ligas. Además de conquistar tres banderines, Leyland fue galardonado tres veces como Manager del Año.
Sin embargo, su mayor logro fue con los Marlins de 1997, un equipo en su quinto año de existencia al que guió a un récord de 92-70 y a un puesto de comodín en los playoffs. «Ese equipo se unió”, recordó Leyland. Los Marlins de 1997, considerados el mejor equipo del béisbol ese año, barrieron a los Gigantes de San Francisco en la Serie de División, vencieron a los Bravos de Atlanta en la Serie de Campeonato y ganaron dramáticamente la Serie Mundial contra los Indios de Cleveland.
El momento cumbre de esa Serie Mundial fue el hit de Edgar Renteria en la undécima entrada del séptimo partido, un evento que Leyland asegura que vivirá con él para siempre. “Era un gran equipo. El hit de Renteria es algo inolvidable», afirmó Leyland.
El reconocimiento a Leyland en el Salón de la Fama del Béisbol no solo celebra sus logros como estratega y líder, sino también su influencia en el juego y en las vidas de los jugadores y aficionados. Su legado, particularmente con los Marlins, permanecerá como un hito en la historia del béisbol.