En un giro diplomático, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, revierte la decisión de unirse al grupo BRICS, marcando una divergencia en la política exterior del país.
El recién asumido presidente de Argentina, Javier Milei, ha tomado una decisión trascendental al retirar al país de su planificada entrada al grupo de naciones BRICS. Esta acción representa un cambio significativo en la política exterior argentina y señala una divergencia con la visión de la administración anterior.
En una carta dirigida a los líderes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, miembros del BRICS, Milei revisó las decisiones tomadas por el gobierno precedente. El BRICS, visto frecuentemente como un contrapeso al mundo liderado por Occidente, estaba por recibir a Argentina entre un nuevo grupo de seis países el próximo mes.
Argentina se habría unido al BRICS el 1 de enero, junto con Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, el cambio de rumbo ocurre tras la sorpresiva victoria electoral de Milei en noviembre, un populista de derecha con promesas radicales para reformar la economía en declive de la nación sudamericana.
Milei sucedió al peronista de izquierda Alberto Fernández, cuyas posturas políticas estaban más alineadas con los miembros actuales del BRICS. En su carta, Milei afirmó que la política exterior de su gobierno “difiere en muchos aspectos de la del gobierno anterior”. Aunque consideró que no era «apropiado» para Argentina convertirse en un miembro pleno del BRICS, se comprometió a fortalecer los lazos bilaterales, especialmente con el objetivo de aumentar el comercio y las inversiones.
A pesar de que el BRICS a menudo se presenta como promotor de un mundo más multipolar, económicamente está dominado por China, que representa más del 70% del PIB combinado del bloque. La candidatura de Argentina bajo Fernández contó con el apoyo de Beijing, pero Milei ha criticado fuertemente a China, describiendo al gobierno chino como asesinos y rechazando trabajar con comunistas.
La actitud cambiante de Argentina resalta la delicadeza de su posición económica y política mientras lucha por revertir décadas de mala gestión económica. El país combate una inflación desbordada, con precios que han aumentado aproximadamente un 150% en el último año. Además, enfrenta reservas monetarias bajas, alta deuda gubernamental y un 40% de la población viviendo bajo la línea de pobreza.
La administración de Milei ya ha devaluado la moneda del país en más del 50% como parte de sus planes de terapia económica de choque. A nivel externo, Brasil y China, miembros del BRICS, son los dos mayores socios comerciales de Argentina, pero Estados Unidos no se queda atrás, lo que hace imperativo preservar buenas relaciones de trabajo con los tres.
Y como alguien que ha contemplado reemplazar el peso argentino con el dólar estadounidense, Milei muestra signos de inclinarse más hacia Washington que hacia Beijing en el futuro.