El ex rector del CNE, Vicente Díaz, alerta sobre la inviabilidad de contar con observadores internacionales si las elecciones se adelantan a mayo.
En un contexto de creciente expectativa y especulación política, el posible adelanto de las elecciones presidenciales en Venezuela a mayo ha generado preocupaciones sobre la factibilidad de contar con observación internacional durante el proceso electoral.
Vicente Díaz, ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE), ha expresado su preocupación al respecto, subrayando los desafíos logísticos y temporales que implica organizar una misión de observación internacional en un plazo tan ajustado.
«Primero hay que enviar una invitación, firmar unos acuerdos, acordar con el CNE, armar delegaciones y aprobar presupuesto y todo eso lleva tiempo», afirmó Díaz en declaraciones recogidas por VPI, destacando los pasos necesarios para garantizar la presencia y participación de observadores internacionales en el proceso electoral venezolano. Su análisis pone de manifiesto la complejidad y la necesidad de una planificación anticipada que el posible adelanto electoral podría comprometer.
La observación internacional se ha convertido en un elemento crucial para la legitimidad y transparencia de los procesos electorales en Venezuela, ofreciendo una garantía adicional de cumplimiento de los estándares democráticos y electorales. La ausencia de observadores internacionales podría, por tanto, plantear serias dudas sobre la integridad del proceso electoral, en un momento en que la credibilidad del CNE y la confianza en las instituciones democráticas del país se encuentran en un punto crítico.
Este anuncio llega en un momento de intensas negociaciones políticas y rumores sobre posibles cambios en el calendario electoral, lo que ha encendido las alarmas entre las organizaciones nacionales e internacionales que abogan por la transparencia y la equidad en los comicios venezolanos.
La posibilidad de que Venezuela enfrente unas elecciones presidenciales sin la debida observación internacional resalta la importancia de una planificación y coordinación efectiva entre el CNE, el gobierno venezolano y la comunidad internacional.