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Estados Unidos concluye investigación sobre aliados de AMLO y cárteles sin presentar cargos

Investigaciones detalladas de agentes estadounidenses sobre posibles lazos entre el entorno de AMLO y narcotraficantes se cierran sin acciones formales, marcando un delicado equilibrio diplomático.

Después de años de meticulosas investigaciones llevadas a cabo por agentes estadounidenses, una serie de acusaciones que involucraban a aliados del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con cárteles de drogas han concluido sin la presentación de cargos formales.

Según reveló The New York Times, estas indagaciones, hasta ahora no reportadas, exploraron las conexiones entre importantes figuras de los cárteles y funcionarios mexicanos cercanos a AMLO durante su mandato.

A pesar de que la investigación sugirió posibles vínculos corruptos, las autoridades de Estados Unidos decidieron no iniciar una acusación formal contra López Obrador, concluyendo el caso.

«El Gobierno de Estados Unidos tenía poco interés en presentar acusaciones contra el líder de uno de sus principales aliados», comentaron fuentes cercanas al tema a The New York Times, subrayando el delicado balance diplomático que tal decisión implicaba.

En respuesta a las preguntas de The New York Times el jueves 22 de febrero, López Obrador desestimó las acusaciones como «completamente falsas».

«Esto no afectará de ninguna manera la relación entre México y Estados Unidos», afirmó AMLO, aunque se mostró expectante sobre la respuesta del gobierno estadounidense a estas revelaciones. El presidente mexicano también llamó “pasquín inmundo” a The New York Times y reveló la publicación de la investigación horas antes de que el diario lo hiciera.

Los registros del Gobierno de EE.UU. y testimonios de informantes destacaron reuniones entre colaboradores de AMLO y figuras prominentes del narcotráfico, incluyendo a Ismael ‘El Mayo’ Zambada García, líder del Cártel de Sinaloa, y un fundador del Cártel de Los Zetas, quien supuestamente pagó cuatro millones de dólares a aliados de López Obrador post-elección, buscando su liberación de prisión.

Sin embargo, no se encontraron pruebas directas que vincularan al propio AMLO con actividades criminales.

Funcionarios estadounidenses y mexicanos, así como López Obrador, negaron o declinaron comentar sobre estas afirmaciones, reflejando la complejidad de la situación y las dificultades inherentes a corroborar completamente los relatos de informantes.

Esta situación plantea preguntas sobre la influencia y penetración de los cárteles en el Estado mexicano, un problema crónico que ha desafiado a diversos gobiernos. Aunque la investigación no avanzó hacia una acusación formal contra altos funcionarios, su existencia y eventual cierre subrayan las tensiones en la relación México-Estados Unidos, especialmente en temas sensibles como el narcotráfico y la corrupción.

La decisión de Estados Unidos de no proceder con cargos penales contra López Obrador no es inusual dado el alto perfil del investigado y las complicaciones diplomáticas que tal acción podría haber generado. La administración Biden valora profundamente su relación con México, considerando a López Obrador un aliado clave en la gestión de la migración y el combate al narcotráfico, especialmente el fentanilo.

La investigación y su conclusión sin cargos resaltan no solo la complejidad de las relaciones internacionales y el combate al narcotráfico, sino también las consideraciones políticas y diplomáticas que influyen en las decisiones de justicia y seguridad entre países aliados.

(Con información de The New York Times)