Avanzando imparable hacia la nominación republicana, Trump celebra victorias en Idaho, Misuri y Míchigan, dejando atrás a Nikki Haley.
En un impresionante avance hacia la nominación republicana para las elecciones presidenciales de noviembre, el expresidente Donald Trump ha consolidado su posición de liderazgo con recientes victorias en los caucus de Idaho, Misuri y Míchigan. Según las primeras proyecciones de NBC News y CNN, Trump ha logrado imponerse sobre sus competidores, incluyendo a la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, reafirmando su dominio en la carrera hacia la Casa Blanca.
Estas victorias llegan en un momento crucial, justo antes del ‘supermartes’, el próximo 5 de marzo, cuando 16 estados llevarán a cabo sus elecciones primarias, un evento que podría ser decisivo en la nominación presidencial. Hasta la fecha, Trump ha mantenido una racha en las primarias y caucus del Partido Republicano, acumulando triunfos en estados clave como Iowa, Carolina del Sur y Nevada.
Con un sistema que asigna un número proporcional de delegados en cada proceso interno, la carrera por la nominación se centra en la acumulación de estos delegados. Hasta ahora, Trump ha logrado reunir 244 delegados, según un recuento del diario The Washington Post, mientras que Haley se mantiene con 24. La contienda sigue abierta, con Haley decidida a continuar en la competencia durante el ‘supermartes’, donde se juegan 874 delegados.
Los caucus de este fin de semana repartieron un total de 125 delegados entre Idaho, Misuri y Míchigan, con este último estado dividiendo su proceso en dos partes debido a una violación de las reglas del partido republicano, añadiendo una capa más de complejidad al ya intrincado calendario de primarias en Estados Unidos.
A pesar de las numerosas causas pendientes con la justicia, incluyendo cuatro juicios penales por delitos variados, el apoyo de los simpatizantes republicanos a Trump parece inquebrantable. Si las tendencias actuales continúan, el expresidente podría enfrentarse nuevamente en las urnas al presidente Joe Biden, en lo que promete ser una reñida batalla por la presidencia.
Este escenario deja en claro la polarización y el fervor político que caracterizan al panorama electoral estadounidense, con Trump liderando el campo republicano y apuntando hacia una posible revancha electoral en noviembre.