Una pelea en un albergue en Panamá culmina con daños significativos y la detención de 45 migrantes de Venezuela, Ecuador y Colombia.
La noche del pasado sábado se tiñó de violencia en la Estación Temporal de Recepción de Migrantes de San Vicente, en Darién, frontera natural de Panamá con Colombia. Lo que comenzó como una disputa por una carpa entre dos mujeres, escaló rápidamente en una pelea tumultuaria que involucró a al menos 250 migrantes, culminando en la detención de 45 personas de Venezuela, Ecuador y Colombia, según informó el Ministerio Público de Panamá.
La Fiscalía Regional de Darién, en un comunicado publicado en X, anunció la legalización de la aprehensión de estos individuos, quienes ahora enfrentan cargos de «incendiarismo» y «daños contra la vida y la integridad», tras haber participado en los disturbios que resultaron en la incineración y vandalización de vehículos y modulares, provocando pérdidas estimadas en 550 mil dólares para el Estado.
La directora de Migración, Samira Gozaine, expresó en rueda de prensa su preocupación por el perfil de algunos de los migrantes que llegan a Panamá, mencionando que «lamentablemente, está viniendo mucha gente con récord policivo», lo que complica la situación y eleva la tensión en los albergues destinados a atender a esta población en tránsito.
Este incidente subraya la creciente crisis migratoria que enfrenta Panamá, un país que ha visto cómo más de 68.400 migrantes han cruzado la selva del Darién desde el inicio del año, marcando un incremento significativo respecto al mismo periodo del año anterior y superando las cifras récord de 2023.
El Gobierno panameño insiste en que la migración irregular a través del Darién no es más que un «negocio» para el crimen organizado, que habría ingresado hasta 820 millones de dólares el año pasado por el traslado de migrantes a través de esta peligrosa ruta.