Washington reafirma su apoyo a unas elecciones inclusivas en Venezuela y hace un llamado al cumplimiento de los acuerdos de Barbados.
Desde Washington, la preocupación se hace eco tras el reciente anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE) sobre las próximas elecciones presidenciales, programadas para el 28 de julio.
Un portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., en declaraciones a EFE, expresó la inquietud de la Administración Biden frente a lo que consideran condiciones adversas para la competencia electoral, marcadas por «una dura represión contra la oposición democrática» y la exclusión de quince candidatos.
Este pronunciamiento llega en un momento crítico para el proceso democrático venezolano, con un calendario electoral que prevé un corto período de campaña de tan solo 21 días.
Estados Unidos, manteniendo su posición de apoyo al diálogo y unas elecciones inclusivas, recuerda los compromisos adquiridos en el acuerdo de la hoja de ruta electoral de Barbados. Entre estos compromisos se destacan la invitación a observadores internacionales, la participación de todos los candidatos y la actualización del registro electoral.
Además, la situación de la exdiputada María Corina Machado, quien permanece inhabilitada para ocupar cargos de elección popular, subraya las preocupaciones sobre la equidad y la libertad en el proceso electoral venezolano. Su incapacidad para inscribirse en las elecciones como la candidata presidencial seleccionada por la mayoría opositora ilustra las barreras que enfrentan algunos actores políticos en Venezuela.
La extensión de la «emergencia nacional» por parte del presidente Biden, una medida en vigor desde 2015 debido a la percepción de Venezuela como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense, y la respuesta de Venezuela, que se considera víctima de políticas de agresión por parte de EE.UU., añaden complejidad al contexto en el que se desarrollará el proceso electoral.