Con apagones extendidos y una promesa de mejoría parcial, Cuba enfrenta una de sus peores crisis energéticas en años, afectando la vida cotidiana de millones.
Cuba está experimentando una de sus crisis energéticas más severas en años recientes, con apagones generalizados que afectan a todo el país, incluyendo su capital, La Habana. La situación, descrita por el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, en una entrevista a la televisión estatal, pinta un cuadro sombrío de la realidad cubana: una nación prácticamente a oscuras, con regiones enteras sin electricidad durante largas horas del día y de la noche.
Desde principios de marzo, la isla ha enfrentado una oleada de cortes de energía debido a trabajos de mantenimiento en la planta termoeléctrica Antonio Güiteras, su instalación más crucial. Sin embargo, este fin de semana, la situación se ha vuelto aún más crítica debido a la escasez de combustible necesario para operar otras termoeléctricas.
Las autoridades cubanas habían ofrecido una luz de esperanza, prometiendo que para este 18 de marzo la termoeléctrica Antonio Güiteras volvería a funcionar a pleno rendimiento. A pesar de esta promesa, De la O Levy advirtió que «la situación va a mejorar» solo parcialmente y anticipó que las condiciones «van a seguir tensas» debido a las dificultades financieras de Cuba para adquirir petróleo en el exterior.
La capital, La Habana, con una población de 2.2 millones, ha comenzado a experimentar interrupciones diarias de energía que pueden extenderse por más de cinco horas, un cambio significativo para una ciudad que había logrado esquivar en parte los apagones que afectaban al resto de la isla. En otras provincias, los residentes reportan cortes de más de 10 horas al día, lo que deja insuficiente tiempo para realizar actividades básicas, como cocinar.
Esta crisis energética llega después de que Cuba se recuperara de los apagones cotidianos que marcaron casi todo el año 2022, con momentos particularmente críticos en octubre, después de que el huracán Ian devastara el occidente del país.
El sistema de generación eléctrica de Cuba, compuesto por ocho termoeléctricas antiguas, generadores electrógenos y plantas flotantes rentadas a Turquía, también se ve afectado por la falta de diésel. Esta compleja red energética se encuentra ahora en el ojo del huracán, con la población cubana esperando soluciones efectivas y duraderas que alivien la oscuridad en la que se encuentra sumida la isla.