En un intento por equilibrar la balanza armamentística, Estados Unidos realiza una demostración de fuerza ante los avances de China y Rusia en tecnología hipersónica.
En un claro mensaje a sus competidores globales, la Fuerza Aérea de Estados Unidos probó su primer misil de crucero hipersónico en el vasto teatro del Pacífico.
Este ensayo, que involucró el lanzamiento de un prototipo completo del misil hipersónico operativo ARRW desde un bombardero B-52, es interpretado por analistas como una señal inequívoca hacia China, sugiriendo que Washington no se queda atrás en la carrera armamentística hipersónica.
Esta prueba, realizada en el atolón de Kwajalein, a miles de kilómetros de distancia de la base desde la que despegó el bombardero, marca un hito significativo en las pruebas del ARRW, señalando el compromiso de EE.UU. de mantenerse a la vanguardia en tecnologías que alteran el paradigma militar.
Los vehículos de planeo hipersónico, capaces de viajar a velocidades superiores a Mach 5, representan un desafío para los sistemas de defensa actuales debido a su capacidad para maniobrar y variar de altitud, complicando su detección e intercepción.
Esta iniciativa de Estados Unidos se produce en un contexto donde tanto China como Rusia han demostrado sus avances en la tecnología hipersónica, con Beijing realizando pruebas desde 2014 y Moscú empleando un misil de este tipo en el conflicto con Ucrania. Incluso Corea del Norte ha entrado en la arena, con Kim Jong Un supervisando recientemente la prueba de un nuevo motor para armas hipersónicas.
A pesar de que las Fuerzas Aéreas no han detallado los resultados específicos de la prueba, como la velocidad alcanzada o si se logró impactar un objetivo, el comunicado oficial subraya el aprendizaje obtenido y la mejora en las capacidades de evaluación para el desarrollo continuo de sistemas hipersónicos avanzados.
El futuro del programa ARRW, sin embargo, pende de un hilo, con declaraciones anteriores de los líderes de la Fuerza Aérea indicando que no había planes de adquirirlo para uso en combate y una falta de financiación asignada por la Ley de Autorización de Defensa Nacional. Pero las recientes declaraciones del teniente general Dale White sugieren que aún podría haber esperanza para el ARRW, dependiendo del análisis final de los datos de las pruebas de vuelo.