El gobierno de Ortega se posiciona junto a Maduro ante las exigencias globales por la libertad electoral en Venezuela, marcando un acto de fraternidad revolucionaria.
El gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua se ha plantado firme junto al régimen venezolano, mostrando un incondicional soporte a Nicolás Maduro y su gobierno frente a lo que han denominado como la “jauría infame de los Estados Unidos” y sus aliados internacionales.
Esta declaración surge en respuesta a las exigencias de respeto por el derecho de todos los candidatos a participar en las próximas elecciones venezolanas, especialmente tras el veto del Consejo Nacional Electoral (CNE) a la candidatura de Corina Yoris.
“Saludamos al presidente Nicolás, nuestro hermano y compañero, a Cilia, al PSUV, y a todo ese bravo, valiente y noble pueblo bolivariano”, manifestó Ortega. La nota, además, no solo se dirige a Maduro sino también al pueblo venezolano, destacando la supuesta hermandad y la lucha común frente a lo que consideran agresiones externas que buscan socavar la soberanía venezolana.
La reacción de Nicaragua no se aísla del contexto global, donde varios países y bloques internacionales han expresado su preocupación por los recientes acontecimientos en Venezuela, especialmente en torno a la inhabilitación de figuras opositoras clave como María Corina Machado y, más recientemente, Corina Yoris. Este escenario ha avivado el debate sobre la libertad y equidad en el proceso electoral venezolano, con críticas apuntando hacia una posible restricción de la competencia democrática.
“Ratificamos nuestro amor incondicional, nuestra hermandad permanente, nuestra unión, en peregrinar constante”, agregó Ortega, enfatizando la inquebrantable alianza entre su régimen y el de Maduro.
El régimen de Maduro, por su parte, ha calificado de “injerencistas” las reacciones de países como Colombia y Brasil, mostrando una firme postura frente a lo que considera una intromisión en sus asuntos internos.
La Unión Europea, mencionada específicamente por su postura “preocupante”, enfrenta ahora la advertencia de Venezuela de tomar “decisiones importantes” respecto a su relación con este bloque, considerado por el gobierno venezolano como “desprestigiado”.