ATENTADO

Tensión al máximo: Rusia exige a Ucrania la entrega de jefe de seguridad por atentados

En un nuevo capítulo de acusaciones, Rusia señala a Ucrania de orquestar ataques terroristas y pide extradición de altos cargos ucranianos.

En un comunicado que ha escalado rápidamente las tensiones internacionales, el Ministerio de Exteriores de Rusia acusó este domingo a Ucrania de estar detrás del devastador atentado en la sala de conciertos Crocus City Hall, que cobró la vida de más de 140 personas, entre otros ataques.

La diplomacia rusa no solo señala con dedo acusador a Kyiv, sino que también ha emitido una demanda contundente: la extradición de Vasili Maliuk, jefe del Servicio de Seguridad ucraniano (SBU), y otros implicados, basándose en convenciones internacionales contra los atentados terroristas y su financiación.

«En la lista de las exigencias figura el arresto del jefe del SBU, Vasili Maliuk, quien reconoció cínicamente la implicación de Ucrania en la explosión del puente de Crimea en octubre de 2022», indicó el comunicado ruso, subrayando la gravedad de las acusaciones y la expectativa de acciones concretas por parte de las autoridades ucranianas.

El incidente en Crocus City Hall, agravado por la afirmación de responsabilidad por parte del Estado Islámico a través de videos de los atacantes, se suma a una serie de eventos que Rusia cataloga como actos terroristas con la huella de Ucrania.

La enumeración de ataques en suelo ruso, que incluyen el asesinato de figuras públicas y daños civiles en infraestructuras clave, pone de manifiesto la complejidad y la profundidad de la crisis entre ambos países.

La respuesta del SBU ucraniano no se hizo esperar, descalificando las demandas rusas como cínicas y enfatizando la carencia de legitimidad de cualquier reclamación proveniente de lo que denominan un «estado terrorista». El comunicado ucraniano también recuerda la orden de arresto contra Vladimir Putin emitida por la Corte Penal Internacional, afirmando que «el tribunal de La Haya lo está esperando».

Este cruce de declaraciones no solo ilustra el alto grado de hostilidad y desconfianza entre Rusia y Ucrania, sino que también plantea preguntas profundas sobre las dinámicas de poder, la justicia internacional y la posibilidad de resolución de conflictos en un escenario global cada vez más polarizado.