En medio de la polémica por la restricción del aborto en Arizona, Trump se posiciona a favor de devolver la decisión a los estados, generando reacciones mixtas en el espectro político.
La reciente decisión del Tribunal Supremo de Arizona de restringir el aborto ha sacudido el panorama político estadounidense, provocando una sorpresiva crítica de Donald Trump. El expresidente y precandidato republicano considera que el fallo ha «ido demasiado lejos», alineándose inesperadamente con posturas que abogan por devolver la discusión al «ámbito razonable».
«Como saben se trata de los derechos de los estados», declaró Trump a su llegada a Atlanta, Georgia, donde tiene previsto un acto de recaudación de fondos. Esta declaración subraya una vez más su opinión de que la cuestión del aborto debería resolverse a nivel estatal, no federal, una posición que mantiene incluso ante la perspectiva de retornar a la Casa Blanca en noviembre.
La ley de 1864 recuperada por el Supremo de Arizona penaliza la interrupción voluntaria del embarazo, excepto cuando la vida de la persona gestante está en peligro, marcando un precedente restrictivo en el debate sobre el aborto en Estados Unidos. Este movimiento judicial refleja una tendencia creciente en varios estados de limitar el acceso al aborto tras la anulación de la sentencia ‘Roe contra Wade’ por el Tribunal Supremo del país en 2022.
Trump, quien el lunes reiteró su apoyo a excepciones en casos de violación, incesto o peligro para la vida de la madre, insiste en que su postura no implica impulsar una prohibición a nivel nacional. «Estoy de acuerdo con procedimientos como la fecundación in vitro», afirmó, señalando su apertura hacia ciertas prácticas reproductivas.
La campaña de reelección del presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris ha respondido con dureza a las declaraciones de Trump, acusándolo de ser el responsable del «caos» actual en torno al aborto en el país. «Trump miente constantemente -sobre todo- pero tiene un historial: prohibir el aborto cada vez que puede», aseveró la campaña demócrata en un comunicado, sugiriendo que un posible regreso de Trump al poder conllevaría esfuerzos para limitar el aborto en todo el país.
Este debate resalta la profunda división en Estados Unidos sobre el derecho al aborto, en un momento donde la autonomía estatal frente a las directrices federales se convierte en el centro de la discusión política. Mientras Trump aboga por una solución descentralizada, su historial y las críticas de sus oponentes políticos sugieren un escenario de incertidumbre y lucha ideológica en el camino hacia las elecciones de noviembre.