El pleito con «lojanalistas»: Por qué Venezuela volvió al voto

*** Esta publicación en X de Enderson Sequera, director estratégico de la consultora Politiks, refleja el momento que se vive en la oposición venezolana, con un grupo exigiéndole a otro que pida disculpas por haber abandonado la ruta del voto.

Por Enderson Sequera

Sé que llego tarde, pero me parece un momento inmejorable para citar “in extenso” (mientras se me permita, y esta práctica no esté reservada solo para los «académicos serios» de esta prestigiosa red social) esta pertinente reflexión de Rafael Uzcátegui: «En el caso venezolano ni las movilizaciones masivas ni la táctica de presión de conformar un gobierno interino logró devolvernos a la democracia. El sentido común, por tanto, exigía promover un camino diferente. Que hoy haya un consenso en la ruta electoral es consecuencia, entre otras razones, que la movilización de masas –que tiene una larga historia en América Latina– se haya mostrado ineficaz entre nosotros. Ninguno de los modelos de transición que usted pueda aprender en los cursos académicos sobre democratización es «moralmente superior» que los otros. Su valía depende, exclusivamente, de su eficacia en una realidad concreta.»

Como siempre suele recordar el profesor Jorge Lazo Cividanes: lo que legitima una transición no es su modalidad, es la eficacia política.

Lamentablemente, detrás de la pose de objetividad académica y aparente moderación reflexiva de «lojanalistas» -estos Notables 2.0 que aún no se explican cómo perdieron el monopolio de la opinión pública en el país-, en muchos de ellos se esconde poco más que la soberbia de forzar los hechos a que encajen con sus hipótesis para así simular un desgastado «te lo dije» que no resuena ante sus cada vez más disminuidas audiencias.

Entiendo la tozudez de defender a rajatabla su dogma. Quizá sienten que la “coherencia” y “consistencia” en el error les otorga cierta credibilidad.

A otros, por ejemplo, no nos interesa defender ningún dogma: nuestro objetivo es recuperar la democracia en el país y abrir las compuertas para que millones de venezolanos puedan vivir con dignidad. Para ello, nos permitimos cierta apertura de miras y flexibilidad estratégica.

No nos interesa forzar la realidad para hacerla encajar en nuestras recetas; nos interesa recuperar el país. Se trata de lograr la transición no como idealmente quisiéramos que fuese, sino como se pueda y con las mejores herramientas disponibles que tengamos a la mano para enfrentar la coyuntura.

Sí sé es honesto intelectualmente, no es tan difícil de entender.

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