CASTELLANOS: Alcaldes y gobernadores oficialistas frente a la transición democrática

elecciones

El autor se pregunta ¿Puede pasar que un alcalde del PSUV vea con buenos ojos a Edmundo González Urrutia porque la Plataforma Unitaria ofrece un país mejor al que tenemos con Nicolás Maduro?

Por Julio Castellanos

Es necesario recordar que el 28 de julio se elegirá, exclusivamente, al futuro presidente de la República. Otros cargos de elección popular, como los alcaldes y gobernadores, aún permanecerán en sus cargos en espera de sus respectivas elecciones. Eso supone un hecho muy concreto, si Edmundo González Urrutia y la Unidad logran ganar las elecciones, como es previsible, los alcaldes y gobernadores del PSUV deberán gobernar en cooperación institucional con el nuevo Comandante en Jefe. Claramente, no es una relación de subordinación, los alcaldes y gobernadores han sido electos también por voto popular y se deben a los ciudadanos por los cuales fueron electos. Es un contexto que requerirá respeto mutuo, institucionalidad y comunicación permanente.

Esta situación, totalmente posible, debe ser meditada por los alcaldes y gobernadores del PSUV al momento en que en sus respectivas jurisdicciones se organicen actividades de campaña y activismo por parte de la Plataforma Unitaria. Dado que nadie tiene una bola de cristal, ni total certeza de lo que ocurrirá el 28 de julio, es más que recomendable y pertinente, además de coherente con lo previsto en la Constitución y las leyes, no impedir, ni estorbar, ni menos reprimir, dichos eventos. ¿Acaso no sería conveniente para todos que el actual alcalde del municipio Libertador (Carabobo), por mencionar un ejemplo cercano, tenga una buena relación con el futuro presidente de la República? Bien sea Nicolás Maduro o bien sea Edmundo González Urrutia.

Debo aclarar que no es una situación a la que se le debe tener miedo, al contrario, la relación que debe existir normalmente entre un alcalde o un gobernador con un presidente es la de apoyo mutuo. A diferencia de lo que ocurre hoy en día, cuando es cotidiano que se le nieguen recursos financieros a un estado o a algún municipio a razón de arrodillarse o no a Miraflores, la letra de la Constitución nacional nos indica que los alcaldes y gobernadores pueden trabajar armónicamente con el presidente de la República para proporcionar a la ciudadanía servicios públicos, bienestar e inversiones con total independencia de la ideología política que profesen unos u otros.

¿Puede pasar que un alcalde del PSUV vea con buenos ojos a Edmundo González Urrutia porque la Plataforma Unitaria ofrece un país mejor al que tenemos con Nicolás Maduro? Pues sí. Eso es totalmente posible. ¿Eso haría que ese alcalde deje de ser militante del PSUV? Pues no necesariamente, de hecho, puede ocurrir que precisamente el PSUV tenga mañana un nuevo liderazgo, renovado, libre del autoritarismo y del militarismo, y puedan convivir con la democracia y competir bajo sus reglas manteniendo su identidad. Señor alcalde, señor gobernador, en silencio, medite estos puntos de vista con su almohada, sus decisiones pueden tener un impacto positivo para la transición a la democracia y para los ciudadanos de su municipio o estado.

Las opiniones publicadas en El Nuevo País son responsabilidad absoluta de su autor.

Salir de la versión móvil