Por Carlos Canache Mata
***La dictadura ha escenificado un espectáculo satánico con las torturas mortales contra Fernando Albán y su lanzamiento desde el piso 10 del Sebin para simular que se suicidó.
De la autocracia de Chávez se ha pasado a la dictadura de Maduro. Un exmilitar se hizo gobernante autoritario, un exdirigente obrero se ha convertido en déspota. Después de 40 años de democracia, ésta ha desaparecido. La historia nos enseña que en la vida de los pueblos se producen alternancias de avances y retrocesos.
En su libro “El Legado de Chávez”, el economista José Guerra dice: “No es fácil la situación fiscal que deja el gobierno de Chávez al concluir 2012… desde 2010 ha recurrido el gobierno a una fuente de financiamiento tan tentadora como peligrosa: la impresión de dinero por parte del BCV, lo cual ha provocado una presión permanente sobre la tasa de inflación, el tipo de cambio y las reservas internacionales” (pág 96); y califica de “mediocre” el desempeño del ingreso real por habitante en Venezuela entre 1999 y 2012 y que el país “desperdició una oportunidad única entre 1999 y 2012 cuando las cotizaciones petroleras proveyeron ingresos sustancialmente superiores a cualquier período anterior suficientes para haber financiado una expansión importante de la frontera de producción de la economía” (pág. 97 y 98). Muerto Chávez, José Guerra publica en noviembre de 1914 el libro “Del Legado de Chávez al Desastre de Maduro”, en el que evalúa la deplorable gestión de los dos primeros años de gobierno del sucesor.
En un comunicado de fecha 10 de este mes de octubre, la Academia Nacional de Ciencias Económicas señala que durante el mandado de Maduro hay una “devastación económica del país en su quinto año de contracción…que el país está prácticamente en default, por lo que no tiene acceso a financiamiento externo…todo ello conlleva, por tanto, a un abultamiento aun mayor del déficit de la gestión pública, estimado en torno al 20% del PIB para 2017…la hiperinflación se ha intensificado”.
Cuando se profundiza en el análisis político es difícil explicar que haya permanecido por casi 20 años en el poder un régimen que, además del holocausto económico que ha ocasionado, ha enterrado la democracia, sacrificado la libertad y protagonizado sucesos tenebrosos. Reprimió protestas populares que dejaron un saldo de 43 muertos en el año 2014 y más de 150 en el año 2017. Ahora mismo, ha escenificado una especie de espectáculo satánico con las torturas mortales contra el concejal Fernando Albán y su posterior lanzamiento desde el piso 10 del edificio del Sebin para simular que se había suicidado.
La dictadura de Juan Vicente Gómez duró 27 años. La de Marcos Pérez Jiménez casi 10. Los casi veinte años de la actual, en los que se han superado marcas de cinismo y de inverecundias, muestran que, como se ha dicho, la política es el arte y la ciencia de lo posible. Por eso, no es aventurada la hipótesis, vista la celeridad de los acontecimientos, de que el fin se acerca.