*** Putin da el paso final para anexarse los territorios ucranianos: 97% habría votado a favor.
Por José Piñeiro
Luego de finalizados los referéndums ilegales celebrados durante los últimos cinco días en cuatro regiones del este de Ucrania controladas por las fuerzas rusas, los medios oficiales de Moscú informaron que ha habido una abrumadora mayoría, de más del 97 por ciento, a favor de la anexión de estos territorios a la Federación Rusa.
Las votaciones se realizaron desde el viernes pasado en las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, así como en las regiones de Jersón y Zaporiyia. Los primeros resultados divulgados por la Comisión Electoral de Rusia anticipan un máximo apoyo a la anexión que en algunos casos superan incluso el 98 por ciento.
A diferencia del resto de jornadas, las votaciones se realizaron en los colegios electorales: hasta ahora, se habían llevado a cabo en lugares improvisados, en plena calle o en domicilios de ciudadanos de las regiones de Donetsk y Lugansk, al este, o Jerson y Zaporiyia, al sur. Las fuerzas prorrusas y organizadoras alegaban motivos de seguridad de los votantes y los declaraban válidos por superar, según los propios organizadores, el 50% de participación.
Por su parte, las autoridades ucranianas y los gobiernos occidentales consideran no válidos los referéndums, mientras que Moscú pretende utilizarlos para legitimar su ocupación, como ya hizo en 2014 con la península de Crimea. El Kremlin ya ha dejado claro que la hipotética anexión de los cuatro territorios sería rápida.
Incluso, según han anunciado los servicios de Inteligencia de Reino Unido, hay «una posibilidad realista» de que el dictador Vladimir Putin anuncie el viernes la anexión formal, durante un discurso que tiene previsto pronunciar ante las dos cámaras del Parlamento.
Durante estas cuatro jornadas, las irregularidades denunciadas están dando la vuelta al mundo. Hay vídeos grabados por los propios ucranianos en los que aparecen personas votando varias veces, ciudadanos emitiendo el voto en contra de su voluntad en la puerta de su propia casa, tras ser obligados, o soldados rusos y chechenos increpando con las armas que portan a los votantes que acuden a ejercer su derecho a punta de pistola; unos hechos condenados por la Comunidad Internacional.