El autor considera que los resultados de la primaria ya están cantados, pero lo fundamental es la cantidad de venezolanos dispuestos a emitir un voto por cualquiera de los candidatos que más le guste.
Por Antonio A. Herrera-Vaillant
Estas líneas se escriben mientras presuntamente se inician reuniones en Barbados entre el régimen y al menos una parte – hasta ahora mayoritaria – de la oposición organizada.
Esas reuniones son para refrendar y detallar preacuerdos trazados entre el propio régimen y Estados Unidos. Porque para negociar se requiere alguna fuerza y habilidad. La oposición puede tener habilidad, pero fuerza – lo que se llama fuerza bruta – no.
La debilidad y a la vez virtud de la oposición cívica es que lleva un cuarto de siglo resistiendo abusos y provocaciones sin recurrir – salvo en casos muy aislados – a la violencia física deliberada. La violencia jamás ha sido política de la oposición organizada.
En todo este tiempo aquí no ha habido ni remotamente algo similar a guerrillas, terroristas o paracos. Porque la cruda realidad es que aquí nadie – a conciencia – da la vida por ninguno de los dos lados. El final hasta ahora suele ser alguna de las fronteras de la patria.
Verbalmente y por escrito existe el equivalente a una Yihad islámica: Pero la vida, lo que es la vida, adrede y deliberadamente, hasta ahora nadie, con la posible excepción de Franklin Brito, se ha sacrificado por la causa. Hay muchas víctimas del lado opositor y sufrimientos abundan, pero mártires a conciencia, dispuestos a llegar al fin de la vida, escasean. El régimen se ha mantenido fundamentalmente ileso, detestado pero ileso: sus pocos muertos son producto de rencillas internas.
Y mucho cuidado que esto no es una exhortación a la violencia, todo lo contrario, con un racional proceso evolutivo Venezuela también puede terminar dando el ejemplo de que es posible atravesar un proceso tan largo, destructivo, doloroso, y costoso en todos los órdenes sociales y económicos, sin mayor recurso a la violencia.
Veremos qué contienen y cuándo se anuncian resultados de Barbados, mientras tanto quienes resistimos inermes los embates del caos imperante debemos seguir manifestando nuestro rechazo a la situación con el voto en las venideras primarias.
Los resultados de la primaria ya están cantados, pero lo fundamental es la cantidad de venezolanos – dentro y fuera del país – dispuestos a moverse y emitir un voto por cualquiera de los candidatos que más le guste. La piñata viene vacía en ese concurso, pero es un excelente ejercicio de ensayo, posicionamiento, movilización y entrenamiento para lo que venga en el 2024.
No menospreciemos esta nueva oportunidad de poner un granito de arena, porque si hay algo cierto es que la abstención es arma de los pusilánimes. La abstención es siempre la nada.
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