Rusia pierde sus compinches: Estados Unidos interrumpe el embrollo tecnológico y financiero con sanciones a empresas de Turquía, China y Emiratos Árabes.
En un juego de ajedrez global, donde cada movimiento cuenta, Estados Unidos lanza un jaque a Rusia y sus amigos. La jugada reciente es la imposición de sanciones a unas 130 empresas y personas de Turquía, China y Emiratos Árabes Unidos. ¿El motivo? Pues supuestamente estos están ayudando a Rusia a conseguir los juguetes tecnológicos que necesita para seguir la guerra en Ucrania.
Es como si a Rusia le faltara una pieza para armar el rompecabezas y sus amigos intentaran pasarla de contrabando, pero Estados Unidos está ahí, vigilante, poniendo freno al negocio. Según la info, Rusia no puede hacer muchos de los aparatos que necesita, así que se la juega con sus aliados, quienes se han convertido en los principales distribuidores de tecnología y equipo.
Y ojo, no estamos hablando de cualquier cosa. El Tesoro americano señala a empresas chinas como Jiahehengde y Shangyixianda que, dicen, han enviado «equipos electroópticos, cámaras, equipos de telecomunicaciones y otros componentes electrónicos» a Rusia. Y no nos olvidemos de China Taly Aviation Technologies que ha mandado piezas de radar para misiles rusos.
En cuanto a Turquía, hay empresas que al parecer enviaron cosas super top a Rusia, como circuitos y máquinas para procesar metales. Según la versión, algunas incluso trabajaron con la industria militar rusa para conseguir tech estadounidense.
Y en Emiratos Árabes Unidos también hay sancionados. Empresas que supuestamente enviaron equipos de aviación y otros aparatos.
Ahora, no todo son sanciones a otros países. También hay rusos en el ojo del huracán. Como Artur Petrov, un sujeto que supuestamente compraba ilegalmente microelectrónica controlada por los EEUU para empresas rusas. O Natalia Solozhentseva, ex vicepresidenta de un banco ruso, que, dicen, trabajaba con una empresa de Emiratos para coordinar dinero ruso.
Pero, ¿qué busca realmente EEUU con todo este paquete de sanciones? Simple: ponerle piedras en el camino a Rusia. Quieren que les cueste conseguir lo que necesitan para su guerra con Ucrania. Es una estrategia que tiene sus riesgos, porque claro, Rusia y los países afectados podrían buscar la forma de devolver el golpe. Pero por ahora, EEUU está marcando territorio.
Así que, mientras las tensiones siguen caldeándose en el tablero global, uno se pregunta: ¿Qué sigue? ¿Cómo responderán Rusia y sus aliados a este nuevo jaque? Lo único seguro es que en este juego, cada jugada es crucial.
(Con información de Infobae)