El expresidente francés recibió una pena reducida en apelación por el escándalo de falsas facturas durante su campaña presidencial de 2012.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy enfrenta una nueva condena tras ser sentenciado este miércoles a seis meses de prisión firme por el Tribunal de Apelación de París, en relación con la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2012.
Esta pena, ligeramente reducida en comparación con la impuesta en primera instancia, constituye un golpe significativo para Sarkozy, quien siempre ha negado su participación en cualquier actividad ilegal durante su campaña electoral.
El sistema de falsas facturas, llevado a cabo a través de una empresa llamada Bygmalion, permitió a Sarkozy ocultar los gastos reales de su campaña y exceder los límites legales impuestos para la financiación electoral. Los jueces determinaron que Sarkozy, a pesar de no estar directamente implicado en la creación de estas facturas, era consciente de su existencia y presionó para aumentar los gastos de la campaña, desafiando las advertencias sobre los límites legales.
El expresidente, que acumula ya un año y medio de condena, tiene la opción de apelar la sentencia ante el Tribunal Supremo, lo que podría evitar su ingreso inmediato en prisión.
Además del caso de 2012, Sarkozy enfrenta otros problemas legales, incluida una próxima audiencia por la presunta financiación ilegal de su campaña de 2007 con fondos del régimen libio de Muamar Gadafi, así como acusaciones de tráfico de influencias y corrupción en otros casos.
Durante el juicio en apelación, Sarkozy mantuvo su inocencia y acusó a miembros de su campaña y a la empresa Bygmalion de enriquecerse a su costa, calificando las acusaciones en su contra como «fabulaciones» y «mentiras».
La condena de Sarkozy representa un hito en la historia judicial de Francia, siendo el primer expresidente del país en recibir una pena de prisión firme.