Por Amanda Nieves y Aureliano Ramos
A finales del mes de junio del presente año, el Gobierno Nacional aprobó 79.482 millones de bolívares para el Hospital de Niños JM de Los Ríos, que estarían destinados a atender las necesidades de cuatro servicios médicos y cuatro áreas de mantenimiento.
Para el 2017, el sector salud, en la tercera posición de la lista de prioridades luego de educación y seguridad, recibió una asignación de 618.914 millones de bolívares, que deberían ser distribuidos en los centros médicos y cubrir las carencias que requiriera la materia.
Sin embargo, tan solo una de las 11 obras pendientes por culminar desde hace cinco años en el JM de Los Ríos tiene un costo de 120 millones de bolívares.
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De las utilidades que se le pudo dar a la partida dispuesta en el mes de junio por el presidente Maduro en cadena nacional, se puede observar cómo la fachada del centro hospitalario infantil ha recibido la mayor de las atenciones.
Desde la entrada, a lo largo del pasillo que dirige a la sala de emergencia y la Unidad de Terapia Intensiva, hasta los ascensores que se encuentran en vía a la torre de hospitalización. Allí se concentran los avances en las recientes remodelaciones.
Atravesar las paredes de Drywall, pintadas de un azul cielo, un piso con pulitura y una iluminación prominente simula la visita a un centro de salud privado. Subir las escaleras hacia las habitaciones es otra historia.
Quirófanos se reactivan a media máquina
Luego de dos meses en los que las cirugías fueron suspendidas debido a las remodelaciones, el área de quirófanos, ubicada en el piso 7 de la torre de hospitalización, fue reactivada el pasado martes 3 de octubre.
Sin embargo, de ocho quirófanos, solo tres fueron entregados y ya se realizaron las primeras intervenciones: la colocación de válvulas a dos pacientes con hidrocefalia.
Otras cirugías, con mayores complicaciones, siguen pospuestas hasta que se ubiquen cupos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), que está totalmente cubierta desde hace dos meses y medio.
Además, solo disponen de un anestesiólogo, por lo que no pueden utilizarse los tres quirófanos simultáneamente, de acuerdo a información ofrecida por médicos. Muchos niños han fallecido a la espera de la reapertura de una sala quirúrgica, pues el traslado a otros centros, quizás con menos recursos, representaba un riesgo mayor.
Piso 4: Nefrología en el ojo del huracán
Desde mediados del mes de febrero, los niños del Servicio de Nefrología han tenido que sortear las probabilidades de contaminarse con bacterias que habitan en las máquinas con las que se dializan constantemente.
Tras la muerte de Raziel Jaure, de 10 años de edad, el pasado 3 de mayo, los decesos de menores a causa de estas infecciones se han convertido en sucesos frecuentes, lo que ha generado la atención y expectación de la opinión pública.
Para la fecha, siete niños han perdido la batalla contra la klebsiella, la pseudomona y el estafilococo, siendo esta última la contraída por, al menos, seis niños que permanecen hospitalizados en Nefrología del JM de Los Ríos.
Debido a un brote de varicela, esta área fue colocada en cuarentena en el mes de junio y se prohibieron las visitas. Tan solo un mes después, el Ministerio Público ordenó el cierre de la Unidad de Hemodiálisis del hospital, a través de una acción de protección ejercida por el fiscal 92° nacional, David Toro.
Esta clausura, que no se ejecutó, se enmarcaba en la necesidad de que los entes correspondientes acudieran a las instalaciones del centro de atención médica infantil para determinar las causas del brote infeccioso y subsanarlas.
La medida corresponde a una exigencia de los padres de pacientes asistidos en el JM de Los Ríos, posterior a las muertes de cuatro niños. Contemplaba además que los menores fuesen trasladados a otro centro donde pudieran acudir a un Servicio de Nefrología pediátrica, acompañados por los médicos y enfermeras que venían haciendo seguimiento a los casos. Esto no sucedió.
Niños con las tres bacterias en su organismo, casos de tuberculosis contraída dentro de la Unidad de Hemodiálisis, pacientes que fallecieron por no tener accesos para colocación de catéteres y otros que no alcanzaron a recibir transfusiones a tiempo. Estos casos serán desplegados en el seriado que podrá encontrar en Revista Zeta a partir de esta semana.