¿Amenaza de guerra?: Misterioso envenenamiento provoca furia en el Gobierno británico y ruptura de relaciones con Rusia

Por.- Karen Brito.

La experiencia en espionaje no le permitió al excoronel de los servicios secretos militares rusos Serguei Skripal, prevenir o sospechar que tanto él como su hija serían envenenados con un agente nervioso conocido como «novichok», según revelaron investigadores, de presunta procedencia rusa. Ambos fueron encontrados el 4 de marzo inconscientes en un banco en las calles de la ciudad inglesa de Salisbury, al sudoeste de Inglaterra. Además, el primer oficial de policía en auxiliar a las víctimas, también se contaminó con la sustancia tóxica, por lo que los tres se encuentran en estado crítico.

Dicho acontecimiento ha generado fuertes confrontaciones políticas entre el Gobierno británico y el ruso, luego de que Reino Unido acusara al Kremlin del envenenamiento de Skripal quien por años fungió como agente doble, colaborando con los servicios secretos británicos, lo que lo llevó a recibir una condena en Moscú de 13 años en prisión acusado de «espionaje y alta traición». En 2010 se benefició en una amnistía y fue canjeado en un intercambio de espías a tres bandas entre Londres, Moscú y Washington. Desde entonces vivía en la ciudad de Salisbury con una nueva identidad y bajo el estatus de refugiado.

Ante el envenenamiento, la primera ministra británica Theresa May, acusó públicamente a Rusia de lo ocurrido asegurando que «no hay otra conclusión alternativa, aparte de que Moscú fue culpable del intento de asesinato de Skripal y su hija, y de amenazar la vida de otros ciudadanos británicos en Salisbury (…) Esto representa un uso ilegal de la fuerza por parte del Estado ruso contra el Reino Unido».

La indignación por parte Reino Unido y la falta de explicaciones de Rusia ante los sucesos, han provocado una ruptura de relaciones diplomáticas entre ambas naciones que mantiene alerta a varios países de occidente que temen pueda terminar en una nueva “Guerra Fría”.

El ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson, declaró en el Parlamento que Rusia es «una fuerza maligna y perturbadora», y advirtió: «Aviso a los gobiernos de todo el mundo de que ningún intento de cobrarse una vida inocente en el Reino Unido quedará sin castigo ni sanción».

Frente a la acusación, entre las primeras declaraciones realizadas por representantes rusos detacó la portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Maria Zajarova, quien aseguró que se trata de «una campaña antirrusa en la prensa».

Destrucción de la diplomacia

Tras dar un plazo de 24 horas a Rusia para que explicara lo sucedido con el agente, y no haber obtenido respuesta alguna, May anunció en el Parlamento que «bajo la Convención de Viena, Reino Unido expulsará a 23 diplomáticos rusos que han sido identificados como oficiales de inteligencia no declarados».

«Congelaremos los activos del estado ruso donde tengamos la prueba de que pueden ser utilizados para amenazar la vida o la propiedad de nacionales o residentes de Reino Unido», detalló la primera ministra británica, quien añadió que «las expulsiones más importantes de Londres en 30 años degradarían la capacidad de la inteligencia rusa en Reino Unido». Calificó además de «completo desprecio» la reacción por parte de Rusia, ofreciendo «una oportunidad de que se expliquen mejor».

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Asimismo, la gobernante notificó que la familia real no acudirá al Mundial 2018. «Ningún mandatario ni representante de la familia real británica asistirá a la Copa del Mundo de Rusia de este próximo verano». Dichas acciones rompen «todos los contactos bilaterales de alto nivel» entre ambas naciones.

Igualmente, habrá un nuevo conjunto de sanciones económicas y el impulso de una versión británica de la Ley Magnitsky, en vigor en Estados Unidos desde 2012, para por medio de ella retirar los visados y congelar los activos de rusos sospechosos de corrupción. Adicionalmente, May planea la posible retirada de la licencia para transmitir en Reino Unido la cadena RT, considerada el brazo de propaganda del Kremlin.

Ante las sanciones el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, denunció que la reacción británica es «hostil, inaceptable e injustificada”. Mientras que el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, indicó que responderá al Reino Unido sobre el envenenamiento del espía cuando ese país “cumpla sus obligaciones” de acuerdo a la Convención de Armas Químicas, y le entregue una muestra de la sustancia que supuestamente fue utilizada.

Preocupación y rabia en occidente

Líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia y Reino Unido emitieron el jueves un comunicado conjunto por medio del cual aceptan la versión de los hechos ofrecida por el Gobierno británico, sobre un acontecimiento que constituye “la primera utilización ofensiva de un agente nervioso en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”, y “un asalto a la soberanía británica”, que “amenaza la seguridad de todos”.

Theresa May, Donald Trump, Angela Merkel y Emmanuel Macron le exigieron a Rusia  responder “todas las preguntas sobre el ataque”, y proporcionar “información completa sobre el programa Novichok a la Organización sobre la Prohibición de Armas Químicas”.

“Reino Unido informó a profundidad a sus aliados de que es altamente probable que Rusia estuviera detrás del ataque”, reza la declaración. “Compartimos la evaluación británica de que no hay otra explicación plausible alternativa, y señalamos que la incapacidad de Rusia de responder a la legítima petición del Gobierno británico subraya aún más su responsabilidad”, añade el documento.

Asimismo, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) para el Euro, Valdis Dombrovskis, dio a conocer la preocupación del Ejecutivo comunitario por los “hallazgos” del Reino Unido, que ve “altamente probable” que Rusia sea responsable del envenenamiento de los Skripal con un agente nervioso.

“Estamos muy preocupados por la situación, también por los hallazgos del Reino Unido hasta el momento y, por supuesto, el Gobierno británico puede contar con la solidaridad de la Unión Europea al respecto”, afirmó Dombrovskis.

La OTAN también se pronunció, manifestando su intranquilidad por lo que considera «una violación flagrante de las normas y los acuerdos internacionales» sobre armas químicas, y le solicitó al Kremlin responder a las preguntas planteadas por Reino Unido, según una declaración firmada por el secretario general, Jens Stoltenberg.

Los 29 países miembros de la Alianza se muestran «muy preocupados» por el «primer uso ofensivo de un agente tóxico» en un territorio de la alianza desde la fundación de la misma, en 1949. Dijo Stoltenberg.