La Guayana Esequiba es la zona limítrofe entre Venezuela y Guyana que se encuentra determinado según el Laudo Arbitral de París firmado en 1899, un tratado que se considera írrito pues ni siquiera contó con la presencia de uno de los afectados, el Estado venezolano. En 1966 quedó establecido según el Acuerdo de Ginebra que los guyaneses no podrían explotar la zona que los venezolanos reclaman sin una autorización previa. Georgetown ha obviado últimamente esto y por eso ambos países se encuentran en disputa ante la Corte Internacional de Justicia luego de que la intermediación de la ONU fracasara.
Guyana ha hecho concesiones ilícitas a compañías de Estados Unidos, China, Canadá, Australia, la India y Malasia. El caso más célebre es el de ExxonMobil, que ha conseguido unas reservas petroleras sin precedentes en el Bloque Stabroek ubicado en la Zona en Reclamación, por lo que ahora declara sin tapujos que hasta correrá con los gastos de Guyana ante Venezuela en el juicio en la CIJ.
El actual régimen venezolano esperó que el caso llegara a la CIJ para enfrentarse con Guyana, algo que los especialistas consideran irresponsable porque los guyaneses cuentan con el respaldo de la poderosa transnacional ExxonMobil. La razón de la desidia chavo-madurista obedece a una estrategia trazada por la dictadura cubana: bloquear cualquier iniciativa regional a través de organismos como la OEA gracias a los votos de las pequeñas naciones angloparlantes que hacen vida sobre todo en el Caribe pero con las cuales se identifica Guyana. Por eso, Georgetown recibió por años toda la ayuda posible de la petro-chequera venezolana y el silencio ante la explotación del Esequibo.
Sin embargo, llegada la época de las vacas flacas, el régimen de Nicolás Maduro, con inclusive mayor filiación castrista que el de Hugo Chávez, se dio cuenta que se les escapa un negocio de 14 mil millones de dólares al año. Los guyaneses, a los cuales tanto ayudaron desde la auto-denominada revolución socialista, ahora se van con el epítome del capitalismo estadounidense: la petrolera ExxonMobil.
Desidia total en Anacoco
El 12 de octubre de 1966, Venezuela ocupó la isla de Anacoco, un pequeño enclave en el río Esequibo. Inmediatamente, construyó una guarnición militar, una pista de aterrizaje, una oficina postal, una escuela y puestos militares y policiales. Se supone que este islote, por el cual casi se llega a un conflicto armado con Guyana, es responsabilidad de la Fuerza Armada venezolana.
Una comisión de la Asamblea Nacional visitó durante los primeros días de agosto la isla de Anacoco para constatar el estado de la misma. «En nuestra visita a la isla de Anacoco pudimos evidenciar la existencia de grupos guerrilleros con gorras estampadas con dos estrellas rojas, armas largas y fusiles automáticos», aseguró el diputado Williams Dávila, presidente de la Comisión Mixta en defensa del Esequibo, la Isla de Anacoco y y la Fachada Atlántica, en artículo publicado en El Nuevo País.
Zeta conversó con el diputado Dávila para conocer más al respecto.
– Ha descrito un panorama desolador en la isla de Anacoco, territorio venezolano, en el cual pululan guerrilleros por la zona. ¿A qué organización pertenecen esos irregulares?
Al momento de ser interceptados por ellos no logramos identificar a que organización terrorista pertenecen, sin embargo, sí puedo detallarte que ellos estaban vestidos de negro, en sus gorras poseían una estrella roja y en la parte trasera de sus camisas tenían el mapa de Colombia con símbolos, presumiblemente del ELN o las FARC. Esto es extremadamente grave, porque refleja el principal temor que manifestamos muchos diputados de la AN ante el proceso de pacificación de la guerrilla colombiana; porque si bien habrá un grupo que se asimilará al sistema democrático, habrá otro que continuará en actividades ilícitas y más cuando es público y notorio la filiación ideológica de altos funcionarios del gobierno venezolano con estas organizaciones delictivas.
De hecho pudimos pasar porque esos grupos irregulares autorizaron el paso en pleno territorio nacional y en la cara de los puestos de control militar que existen más allá de la alcabala de Casa Blanca. Lo peor es que los oficiales a cargo de esos puestos de control militar negaron la presencia de los irregulares ante la insistencia de nuestro testimonio, y es contradictorio porque ellos mismos nos advirtieron de los riesgos que corríamos cuando pasamos por la alcabala militar.
Lo cierto es que logramos el objetivo estratégico: reafirmar en nombre de 30 millones de venezolanos la soberanía en la zona, y lo hicimos sin protección del Estado, solo con el acompañamiento de Juan Pablo II y la Divina Providencia. El equipo de diputados, asesores y técnicos de la Comisión son un equipo de valientes y resteados, ninguno aflojó. Así actuamos en la Asamblea Nacional.
– ¿Es posible una solución negociada para el Caso del Esequibo o entramos en un punto de no retorno?
Como se dice en diplomacia, nunca es tarde para negociar. Incluso en las peores guerras vemos a ambos bandos negociando una salida. Jamás hemos considerado estar en un punto de no retorno. Es más que evidente que Guyana está aprovechando un momento de debilidad del Estado venezolano para actuar y legitimar su presencia en el territorio Esequibo. Allí la Asamblea Nacional como representante legítima del pueblo venezolano ha marcado posición y hecho los llamados de atención necesarios. El viaje de la Comisión Especial a la isla de Anacoco es muestra de ello; ahora más que nunca debemos entender que el problema del Esequibo es un problema nacional, sin color político.
Ante las actuales circunstancias la Asamblea Nacional ha manifestado en incontables ocasiones el deseo de sostener conversaciones con los representantes del Gobierno de Guyana a fin que ellos escuchen nuestros planteamientos y lograr coadyuvar en la búsqueda de un acuerdo práctico y mutuamente satisfactorio a la controversia que tienen ambas naciones, como establece el Acuerdo de Ginebra
Es de recalcar que desde la llegada de Hugo Chávez al poder el 1999, la Cancillería venezolana fue desmantelada paulatinamente, pasando de la política exterior nacionalista e integradora de los gobiernos de la democracia a una política entreguista y servil, que se plegó al guión marxista y anti-venezolanista facturado por Cuba. Prueba de ello es que el mismo Hugo Chávez señaló que el reclamo venezolano sobre Guyana eran “maniobras del imperialismo para enfrentar pueblos hermanos”. Si algo ha demostrado la dramática situación que vive la República ante el tema del Esequibo es la falta de capacidad y entreguismo del Ministerio de Relaciones Exteriores y el generalato que ha apartado a la Fuerza Armada Nacional de su deber de defender los intereses de la Nación, ese es el verdadero legado de Hugo Chávez Frías y su revolución.
Hoy estamos ante la Corte Internacional de Justicia por culpa de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Ambos son igual de responsables –el primero como Jefe de Estado y el segundo como Canciller– al no haber ejecutado acciones contundentes que condujeran a una solución rápida del diferendo con la República Cooperativa de Guyana y alcanzar un acuerdo, tal como lo establece el Acuerdo de Ginebra. El verdadero legado de Hugo Chávez fue el desmantelamiento del Ministerio de Relaciones Exteriores y desviar a la FAN de su labor primigenia como es la defensa de la soberanía e integridad territorial.
El Acuerdo de Ginebra es obra de la democracia, diseñada por profesionales quienes, desde las distintas instituciones del Estado venezolano, trabajaron para la resolución del diferendo y el rescate del territorio. Hoy la Revolución Socialista desprecia a la academia y las advertencias que ellos realizaron desde el año 2011 sobre el diferendo, advertencias que hoy se hacen realidad por culpa de un gobierno ajeno a los intereses nacionales.
En ese sentido, la Asamblea Nacional por solicitud de la Comisión que presido, aprobó la apertura de una averiguación contra Nicolás Maduro, así como a los distintos titulares de la cartera de Relaciones Exteriores y al Alto Mando Militar a fin de determinar sus responsabilidades políticas ante semejante acto de traición a la Patria a fin de establecer responsabilidades no sólo administrativas, sino también penales, de derecho los órganos jurisdiccionales competentes, deben actuar; porque, esto no puede quedar impune, está en juego la integridad territorial de la República.
– Exxon Mobil ya explota el subsuelo de Guyana, lo cual va en contra del Laudo. Cada nuevo hallazgo que hace en el Bloque Stabroek lo anuncia com bombos y platillos. De hecho, es tan marcada la posición de la petrolera a favor del gobierno de Guyana que han anunciado que correrán con los costos del juicio entre Venezuela y Guyana en la CIJ. ¿La resolución feliz de este conflicto para Venezuela pasa por un acuerdo con la Exxon?
El Acuerdo de Ginebra es claro. En su Artículo V señala que, ningún acto que ejecute cualquiera de las partes en la zona en Reclamación se considerará como actos de soberanía. Es evidente que en el territorio se depositan importantes recursos económicos vitales para ambas naciones. Maduro no es nacionalista sino que en su cabeza existe un “internacionalismo socialista que en aras de intereses condicionados por Cuba y agentes no estatales ha hecho tratativas por debajo de cuerda con la transnacional para no insistir en la reclamación de nuestro territorio. Esto fue confirmado por Rafael Ramírez, ex presidente de PDVSA y ex ministro de Petróleo de Chávez, además de canciller con Maduro.
En un gobierno democrático, nacionalista, toda negociación se hará con criterio venezolanista. Lo demostramos con la nacionalización petrolera y algo que debe quedar bien claro, nosotros no desconocemos el derecho que tiene Guyana de explotar sus recursos naturales dentro de su territorio pero igualmente exigimos respeto al Acuerdo de Ginebra y a nuestros derechos soberanos.
La demanda unilateral de Guyana desconoce el Acuerdo de Ginebra que, al tener como objetivo alcanzar una solución práctica y satisfactoria, excluye mecanismos de solución de controversias de tipo jurídico como recurrir a la Corte Internacional de Justicia, que por otra parte Venezuela jamás ha reconocido jurisdicción. Prueba de ello, es que el Acuerdo de Ginebra no figura en el Registro de la Corte, donde están listados todos los tratados que reconocen jurisdicción a la Corte. Y es que no podía ser de otra manera, un tribunal falla conforme a derecho, no busca arreglos prácticos y mutuamente satisfactorios. Por otra parte, la demanda unilateral supone un acto inamistoso fuera del espíritu del Acuerdo de Ginebra. Guyana llega al colmo de reclamar la mitad de la isla de Anacoco, lo que ni siquiera estuvo contemplado en el nulo e írrito Laudo Arbitral de París de 1899. A todo esto, debemos agregar la pretensión guyanesa de extender unilateralmente sus áreas marinas y submarinas cercenando la fachada atlántica venezolana
Hay un detalle que nadie ha observado y es que Guyana, al conceder concesiones a empresas extranjeras en la plataforma atlántica venezolana, involucra a Trinidad y Tobago en el diferendo, considerando que algunos bloques de exploración violan el Tratado de Áreas Marinas y Submarinas suscrito por Venezuela y Trinidad y Tobago en 1990, hecho ante el cual el Gobierno Nacional ha mantenido absoluto silencio, demostrando que Nicolás Maduro, así como el Alto Mando Militar han traicionado a la Patria porque no se ha defendido la integridad territorial venezolana, más cuando vemos que empresas como Exxon realiza exploraciones en aguas venezolanas sin que el Estado de una respuesta contundente al respecto en cumplimiento del Acuerdo de Ginebra.
Fíjate, las acciones que ejecuta el Gobierno de Guyana sobre el territorio Esequibo desenmascaran al Gobierno Nacional en su prédica “patriota” y “antiimperialista”, porque su silencio y omisión en ejercer la plena soberanía sobre nuestra Zona en Reclamación hace que Guyana entregue en forma indiscriminada concesiones a transnacionales norteamericanas, inglesas y chinas para que exploten los recursos que le pertenecen al pueblo venezolano.
– ¿Cuál debe ser el camino para la resolución de este diferendo?
Simple. Fíjate, el gobierno colonial de la Guayana Británica estuvo involucrado en la negociación y es signatario del Acuerdo de Ginebra de 1966, que inmediatamente reconoció Guyana cuando se independizó apenas meses después. Además, en el año 1974, en el marco de los debates referentes a la Convención de Viena en materia de Sucesión de Tratados, la representación de Guyana reconoció todos los actos heredados de la Gran Bretaña sobre sus colonias en América, reconociendo como válidos todos los actos suscritos por la Gran Bretaña, entre ellos el Acuerdo de Ginebra –acuerdo de carácter tripartito– el cual Guyana aceptó en todos sus términos. ¿Me preguntas de cuál debe ser el camino a seguir en la solución de esta controversia? Simple: respetar lo suscrito en el Acuerdo de Ginebra, único documento válido para solucionar el diferendo sobre el Esequibo y el cual declara la nulidad del Laudo de 1899. Una solución práctica implica de mutuo llegar a acuerdos, pero teniendo en cuenta que nuestra fachada atlántica jamás ha estado en discusión. Es nuestra salida al Atlántico.
No es judicializando la controversia como se va a llegar a un acuerdo. Nosotros nunca hemos reconocido la jurisdicción de la CIJ y no nos pueden imponer un criterio unilateral de Guyana.
– Cuando hace un llamado a la Fuerza Armada para que actúe, ¿se refiere a la seguridad de la isla de Anacoco o a todo el territorio en reclamación?
En el año 1968, el presidente Raúl Leoni suscribió el decreto de base recta desde el Río Esequibo hasta Punta Araguapiche, el cual establecía las coordenadas donde la Armada de Venezuela ejercería labores de patrullaje en aguas adyacentes a la Zona en Reclamación. Llama profundamente la atención que el Ministerio de la Defensa ha mantenido silencio sobre las acciones de la armada en la ejecución de dicho decreto. Recordemos que la reivindicación del territorio y la soberanía del mar se ejerce en tanto y cuanto yo ejerza la jurisdicción sobre el mismo. Eso es lo que nos dicta el Derecho Internacional. Ahora, cuando vamos a la práctica, observamos cómo Exxon y otras transnacionales –entre las que se encuentran empresas chinas y se supone que son aliadas estratégicas de Venezuela– realizan exploración y explotación de recursos violando la soberanía venezolana; por esta razón se exige nuevamente al ciudadano general Vladimir Padrino, así como al Almirante Giuseppe Alessandrello Cimadevilla que expongan ante el país qué acciones ejecuta la FAN en la protección de nuestra soberanía.
Un segundo aspecto que debemos resaltar es el referente a la seguridad en la región de Guayana. No es que no los contaron, nosotros lo vimos; las condiciones en que se encuentran nuestras unidades fronterizas son preocupantes, más cuando el puesto guerrillero que te comenté anteriormente se encuentra a pocos minutos de dos puestos militares, con lo cual se corroboran las denuncias realizadas por distintos periodistas sobre la materia.
Antes de concluir debo hacer un llamado al pueblo venezolano, hoy más que nunca nosotros debemos hacer un frente común por el rescate del Esequibo, esta no es una causa de un partido político, esta es una causa de Venezuela, porque nosotros como ciudadanos estamos llamados a cumplir y hacer cumplir la Constitución y Leyes de la República.
El general destacó que toda la controversia actual es el resultado de la ilicitud, pues es clara la coerción que ejerció Londres sobre los representantes venezolanos en 1899 y sobre el propio país en el Laudo de París, considerado como un tratado nulo e írrito por no cumplir los estándares del derecho internacional.
Vladimir Padrino López, ministro de Defensa, dijo este martes sobre la disputa por el territorio Esequibo con Guyana que “no son con aviones de caza ni bombarderos que vamos”, sino con el diálogo y el entendimiento.
“No son aviones de caza ni bombarderos que vamos a enviar para allá, ni divisiones, ni brigadas de infantería de tanques y artillería. La Fuerza Armada está pidiendo diálogo, entendimiento, que las partes asuman este desafío”, agregó el ministro.
Además, añadió Padrino López, que el Esequibo “fue un despojo descarado de los imperios de entonces contra la integridad de Venezuela. Vamos a estar siempre vigilante con el tema”.
Venezuela se ha negado a reconocer a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) como organismo con juridisdicción para dirimir el conflicto de la Guayana Esequiba. Guyana elevó a esa instancia el diferendo luego de que la Organización de Naciones Unidas (ONU) se declarara incompetente para solucionar el tema.
El régimen venezolano ha recibido críticas por su decisión, que equivale a entregar el territorio porque Guyana simplemente puede pedir que se falle a su favor automáticamente al no presentarse la contraparte, en este caso Venezuela. Inclusive, el gobierno guyanés ha alertado a Venezuela que debe reconocer la decisión o arriesgarse a verse sancionada por la ONU.
Rafael Poleo, quien ha tocado el tema desde hace años en distintos escritos y foros, recordó que “no estaba loco este cronista cuando fastidió a amigos, jerarcas y lectores explicando el colosal despojo de los yacimientos energéticos en el Esequibo, a cuya defensa renunció hoy el gobierno de Maduro”.
Ahora será la CIJ quien de un veredicto final, instancia a la cual acudió Guyana con el sólido respaldo del gigante petrolero Exxon Mobil. La transnacional estadounidense aseguró que pagará todos los gastos guyaneses en el proceso legal, debido a su interés en explotar uno de los mayores yacimientos petroleros del mundo que fue recientemente descubierto en la zona. Según el acuerdo entre Venezuela y Guyana que está vigente, los guyaneses no pueden explotar el suelo en reclamación sin autorización venezolana.
El yacimiento encontrado por Guyana se conoce como el Bloque Stabroek. Fue descubierto en 2015 a unos 190 kilómetros (120 millas) de las costas de Venezuela y es considerada como la segunda mayor reserva de petróleo del mundo. La petrolera aseguró que ha reservado alrededor de 20 millones de dólares para asistir a Guyana, una vez el país suramericano active el acuerdo judicial.
El Bloque Stabroek, que ocupa una extensión de 26.800 kilómetros cuadrados (6,6 millones de acres), se encuentra en la cuenca entre Guyana y Surinam y es reconocido por el Servicio Geológico de EE.UU. como la segunda mayor área del mundo con petróleo sin explorar.
“Cuando hablaba del petróleo del Esequibo y el despojo en puertas, mis amigos, hasta los más duros políticos, ponían cara de terror (…) Para el futuro de Venezuela, el fallo de la Corte Internacional de Justicia, que está listo, sobre el petróleo del Esequibo, es más importante hasta que sacar a Maduro. Con eso les digo todo”, dijo Poleo.
“El chavismo eludió el tema Esequibo porque la contraparte es un país del Caribe anglo-parlante al cual Cuba mima para tener sus votos en la OEA y la ONU, entre otros organismos”, explicó el periodista. “Ahora los factores de poder mundial ven propicia la postración venezolana para despojarnos del Esequibo. Y media docena de inconscientes pre-candidatos presidenciales venezolanos peleándose por la presidencia, ¡como borrachos por una botella vacía! Chávez no solo congelo la reclamación venezolana sobre el Esequibo, sino que llegó a declarar su intención de ceder frente a Guyana. Todo dentro de la linea castrista de amistad con los gobiernos del Caribe anglo-parlante”.
La entrega en bandeja de plata del Esequibo a Guyana-ExxonMobil ha pasado por debajo de la mesa para la dirigencia política venezolana y para la opinión pública en general. “La mayoría de los políticos y periodistas que eluden el tema del Esequibo lo hacen por ignorancia o por miedo de nadar en aguas tan profundas. Nos distrajimos en unas elecciones chimbas, una puja egocéntrica por la candidatura de oposición, la campaña colombiana y el opio universal del fútbol, mientras Castro y Maduro entregaban nuestros enormes yacimientos de petréleo y gas en el Esequibo. ¡Qué idiotas!”, se lamentó Poleo.
Pocos han sido los dirigentes políticos opositores que se han pronunciado al respecto, entre los cuales se puede contar a María Corina Machado. La coordinadora de Vente Venezuela recordó que desde el año 2004, a raíz de una visita oficial de Hugo Chávez a Guyana, el exmandatario anunció que sacaban de las discusiones bilaterales el tema del Esequibo sin acusar problema alguno en el hecho de que Guyana se permita explotar y desarrollar este territorio. Machado resaltó que desde ese mismo año, Guyana comenzó la entrega para explotación petrolera de vastas zonas que corresponden a Venezuela, afirmando que fue una “clara violación del Acuerdo de Ginebra”.
Según Machado, “todos nosotros como venezolanos debemos cerrar filas en la defensa del Esequibo, porque hoy más que nunca el Esequibo es Venezuela”.
Un acuerdo aprobado por unanimidad por la plenaria de la Asamblea Nacional de Venezuela, materializó el rechazo del máximo ente legislador venezolano a la decisión del Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Antonio Guterres de enviar la controversia sobre el Esequibo y Fachada Atlántica de Venezuela a la Corte Internacional de Justicia de La Haya. La moción fue presentada por el entonces presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Luis Florido.