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Collage número 52 sobre Rómulo Betancourt

(Gobierno Constitucional -XIV-)

Por CARLOS CANACHE MATA

Señalan los analistas políticos que con la nueva división de Acción Democrática consumada definitivamente a mediados de enero de 1962 con la celebración de dos Convenciones Nacionales, de las que surgieron dos CEN distintos, uno de los cuales, el del Grupo ARS, se incorpora a la oposición, con la consiguiente pérdida de la mayoría en la Cámara de Diputados, se favorece la creencia de que el Gobierno de coalición del Presidente Betancourt ha quedado debilitado. En las paredes de las calles de Caracas y de ciudades y pueblos del interior aparecen otra vez las pintas con las consignas de “Nuevo Gobierno, ya” y “RR” (Renuncia Rómulo”).

Profuso en acontecimientos va a ser ese año de 1962. Veamos.

Huelga de transporte. El día 18 de enero comienza en San Cristóbal, Estado Táchira, el paro indefinido convocado por los trabajadores del transporte y carga, en protesta contra la implantación de la Ley de Seguros de Responsabilidad Civil. A causa de los disturbios que se produjeron en distintos sitios de la ciudad, la emisora radial “Ecos del Torbes” y otros establecimientos adyacentes sufrieron daños de cierta consideración. El paro de transporte de San Cristóbal se extendió a Caracas y otras ciudades. La prensa informa que el día 23  “tres muertos y nueve heridos, aparte de los comercios afectados por los manifestantes, fue el balance que se registró en Caracas como consecuencia de la cadena de disturbios ocurridos desde mediodía en los diversos sectores de la ciudad” y que “a partir de las 2 de la tarde cuando estalló una bomba en el edificio de la Embajada de los Estados Unidos, en la Floresta, se produjo una cadena de explosiones en varios sitios de la ciudad”; la bomba “malogró paredes y destruyó parte de los archivos de la Embajada” ( “El Nacional”, 23 de enero de 1962). El diario “El Universal” del día 24 informa que “como consecuencia del paro automotor, convertido en problema político, continuaron ayer en esta capital, los disturbios callejeros en varios sectores  de la ciudad, con saldo de muertos, heridos, vehículos incendiados y lanzamientos de artefactos explosivos, que causaron pérdidas materiales y lesionados”. El diario “El Nacional” del día 25 informa que “los organismos económicos del Área Metropolitana reunidos con el directorio de Fedecámaras acordaron anoche un respaldo al sistema democrático y una condena a los actos de violencia”.

Sobre el paro, Ramón J. Velásquez comenta: “…Una huelga promovida por los gremios de choferes del Táchira, en protesta contra el Seguro de Responsabilidad Civil, era transformada en un violento movimiento político de protesta que logra movilizar la gente de los barrios populares y paralizar el transporte en casi todas las ciudades y caminos. El llamamiento dirigido al sector sindical organizado para que se sumara a la protesta  revolucionaria no surtió efecto” (1).

En un Comunicado Oficial, de fecha 30 de enero de 1962, se lee: “El Gobierno Nacional informa a la opinión pública que los disturbios y motines ocurridos durante los días 22, 23, 24 y 25 del presente mes de enero, tomando como pretexto la protesta iniciada en San Cristóbal por la aplicación de la Ley de Tránsito Terrestre en lo que respecta al Seguro de Responsabilidad Civil, fueron organizados y dirigidos por el Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, en cumplimiento de una acción previamente planeada de terrrorismo y subversión contra el régimen constitucional. Esta acción insurreccional perfectamente coordinada en varias ciudades del interior del país y en el área metropolitana de Caracas fue llevada a cabo mediante actos realizados por activistas y menores de edad, que actuaron como brigadas de choque y como francotiradores apostados en Bloques de vivienda colectiva. Diversos sitios del área metropolitana de la capital de la Repúbica y en ciudades del interior del país fueron atacados mediante el uso de bombas “molotov”, niples y granadas de mano, ocasionando daños materiales…Este nuevo combate de rebelión del Partido Comunista de Venezuela y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, hecho con el firme propósito de destruir nuestro sistema democrático de gobierno, para sustituirlo por una dictadura totalitaria al estilo de las que imperan en Cuba y en los países del bloque Chino-Soviético, ha ocasionado la pérdida de 19 vidas humanas (cursivas de CCM), entre ellas la de un  guardia nacional, dos agentes policiales y un sargento técnico del Batallón  Blindado ‘Bermúdez’, y heridas a ciento diez personas, incluyendo a 16 agentes policiales. Igualmente, fueron incendiados por los terroristas, una patrulla policial, cinco automóviles particulares y cinco autobuses. Resultaron dañadas siete patrullas policiales” (2).

El paro estudiantil. A mediados de enero de 1962, se produce un paro estudiantil en la Universidad Central de Venezuela (UCV) con motivo de la posible intervención de Cuba por decisión de la VIII Reunión de Cancilleres del continente, convocada por la OEA, que se realizaría del 21 al 31 de enero en la ciudad uruguaya de Punta del Este, y para rechazar el decreto de restitución parcial de garantías constitucionales. Como una Asamblea Nacional Estudiantil había acordado el día 20 una huelga estudiantil nacional hasta tanto cesara la detención, hecha el día anterior, del presidente de la Federación de Centros Universitarios (F.C.U.), Américo Martín, el Ministerio de Educación, en forma preventiva, tomó la medida de suspender las clases en la UCV y en los liceos.

El historiador Ramón J. Velásquez, se refiere a ese paro estudiantil, de la siguiente manera: “Se interrumpió el tráfico en el Este de la ciudad, grupos de estudiantes armados disparaban desde el recinto de la Ciudad Universitaria. Grupos estudiantiles pertenecientes a los partidos de la coalición pedían armas para desalojar a los francotiradores. El Ministro de la Defensa amenazaba con realizar la desocupación con el Ejército. El Consejo Universitario terminó pidiendo el desalojo de los guerrilleros. Mientras tanto en Caracas y en las principales ciudades del país, grupos de francotiradores ponían en jaque a la policía y al Ejército” (3).

Finalmente, dice Luis José Silva Luongo, que “ante esta situación, el Consejo Universitario logró que los estudiantes en actitud de violencia cesaran en su posición y abandonaran la Universidad” (4).

El “guairazo”. En la madrugada del 29 de enero de 1962 son sorprendidos y detenidos 138 jóvenes, de edades entre los 16 y 22 años, en las vecindades de unos establecimientos militares de Maiquetía. Veamos lo que informó el Gobierno Nacional en su Comunicado Oficial del 30 de enero de 1962: “Entre la una y las cinco de la mañana del día de ayer lunes 29 las autoridades policiales del Departamento Vargas dirigidas por su Comandante Teniente (r) Gustavo Lagrave, detuvieron a 138 personas, de edades comprendidas entre los 16 y 22 años, algunas de las cuales son estudiantes universitarios, 21 de ellos con el carnet del Partido Comunista de Venezuela y 12 con el del MIR. Dichas personas se encontraban merodeando alrededor del Cuartel de Infantería de Marina, del Cuartel del Destacamento de la Guardia Nacional y de la Escuela Naval, todos ubicados en la vecina población de Maiquetía. Varias de las personas detenidas portaban machetes y cabillas…El Gobierno Nacional ha ordenado registrar los locales del Partido Comunista de Venezuela y del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en busca de armas, explosivos y propaganda subversiva” (5).

En relación a esa acción, que después se llamaría el “guairazo”, Pompeyo Márquez escribe: “…Por diversas razones no se produjeron los movimientos exigidos para ese momento y sólo en La Guaira se intentó un fallido alzamiento militar cuyo líder será el Capitán Víctor Hugo Morales. Po re o por fa, -no quiero entrar en mayores consideraciones en estos apuntes- fracasó la acción en la cual participaban decenas de jóvenes militantes de la JC que bajaron a La Guaira a recibir las armas y que en gran número fueron detenidos por los organismos de seguridad. El vespertino El Mundo desplegó en esa oportunidad un titular en primera página: ‘Detenidas hijas del Senador Márquez en intento de asalto a la Base Naval de La Guaira’. Eran Tanía y Natacha que se habían trasladado al litoral para participar en esa fallida acción, aunque desconocían por completo en qué consistía. En el ‘plan’ se establecía que no debía involucrarse a ningún partido de izquierda. Pero así se desarrollaban las cosas. La aventura estaba a la orden del día” (6).

¿Cómo se iba a ejecutar el alzamiento militar, conocido como el “guairazo”, que avanzaría hacia el Palacio de Miraflores para, obviamente, tomarlo? Dejemos que sea Teodoro Petkoff, uno de sus principales protagonistas, quien lo diga: “…Se trataba de que la dirección del partido había resuelto poner en marcha el plan que tantas veces habíamos discutido con los militares y que consistía en alzar la Infantería de Marina, tomar todo el litoral –lo cual era facilísimo, puesto que los dos cuerpos armados principales estaban en manos nuestras, el Batallón de la Infantería y el 99-. Entonces con eso, abrir las puertas, armar el gentío que se iba a mandar para esa lavativa, montar las armas en camiones, avanzar hasta Caracas, llegar hasta la Plaza de Catia, encontrarnos con el Motoblindado y con los tanque avanzar sobre Miraflores…”. Era, sin duda, el asalto al cielo. Sigue Petkoff: “…Otro compañero y yo bajamos al litoral, con todas las señales convenidas y llamamos al Comandante del Batallón de Infantería de Marina y con toda la solemnidad del caso le dijimos: ‘El Comité Central del Partido ha resuelto que nos alcemos’. Yo me imaginaba que iba a decir: ‘Bien, perfecto, que venga la gente’. Pero no, comenzó con que, si un momento…todavía no ha llegado la ocasión…se necesita más acción…De pronto nosotros, con el aparato militar, la comisión armada, resolvimos alzar los tenientes por encima del Comandante y hacerlo preso. Fue entonces cuando dijimos: vamos a bajar a aquel poco de muchachos, vamos a bajarlos todos al litoral y coger los bloques…Y entonces bajamos a trescientos y tantos muchachos a esperar que les abrieran las puertas del cuartel…” Pero alrededor de las 11 de la noche, Petkoff se reúne con Víctor Hugo Morales y éste le dice que cómo pretenden alzarse contra él  y que desde las dos de la tarde los bloques están tomados y que a los muchachos los van a cazar como ratas  y que ya dieron la orden y salieron a cazarlos; ante esa información, Pelkoff expresa: “Por supuesto, yo lo oí, me devolví y dije: vamos a desmontar todo esto, pues. Pero, por supuesto, cuando llegamos allá la policía ya se había llevado a los 300 muchachos” (7). Alrededor de 18 tenientes fueron hechos presos y Morales tuvo que esconderse.

13 de febrero de 1962: Discurso del Presidente Betancourt en la Plaza de El Silencio. Con motivo de cumplirse el tercer año de gestión, los partidos AD y Copei y la CTV organizaron una gigantesca manifestación de apoyo al Gobierno, calculada en más de doscientas mil personas, en la que intervinieron José González Navarro, Presidente de la CTV, Hilarión Cardozo, Vicepresidente de la Federación de Centros Universitarios, Jesús Ángel Paz Galarraga, Secretario General de AD, y Miguel Ángel Landáez, Subsecretario General de Copei, y, por último, clausuró el acto el Presidente Betancourt.

El Presidente Betancourt denunció una vez más que su gobierno ha estado asediado por la “doble acción de pinzas” de la conspiración dictatorialista de derecha  y la conspiración  de la extrema izquierda, y afirmó que la “misma firmeza que se ha tenido contra los conspiradores que actúan con el propósito de restablecer una dictadura igual a la desaparecida el 23 de enero, la está aplicando el Gobierno contra los conspiradores que reciben instrucciones, armas y dinero, como aquí se ha dicho, de la Unión Soviética, a través de la estafeta de tránsito de La Habana”. Anunció que se está preparando un alegato que presentará el Fiscal General ante los jueces de la República, alegato demostrativo de la actividad conspirativa del Partido Comunista y del MIR para derrocar el gobierno constitucional, y que el planteamiento será éste: “La Constitución autoriza en Venezuela la organización de ciudadanos en partidos políticos que procedan ‘con métodos democráticos’, pero no son métodos democráticos el asesinato a mansalva y por la espalda de miembros de las Fuerzas Armadas o de simples ciudadanos pacíficos; no son métodos democráticos enviar 300 estudiantes a asaltar una unidad militar en La Guaira; no son métodos democráticos promover un paro en la ciudad de Caracas, no por decisión de los trabajadores, sino mediante acciones de comando, disparando con armas largas sobre los choferes de los autobuses y sobre los ciudadanos que iban a sus trabajos; no son métodos democráticos utilizar  el recinto universitario como ciudadela artillada para disparar sobreseguro con ametralladoras y subametralladoras contra pacíficos transeúntes en las calles”. Señaló que “los jueces militares aplican las leyes punitivas contra el delito de rebelión; que las apliquen también los jueces civiles”, y que, sin ejercer ninguna presión sobre los tribunales de justicia, tiene autoridad moral para hablar del respeto a la independencia del poder judicial y hacer ese pedido, porque ahí están los hombres que  atentaron contra su vida  el 24 de junio de 1960, y “no sé siquiera cuáles han sido libertados y a cuáles les han confirmado el auto de detención, y ni siquiera sé el nombre de los jueces que los están juzgando”.

El Presidente aclaró que no habrá crisis si al reunirse el Congreso a partir del próximo 2 de marzo se produce un nuevo alineamiento de fuerzas dentro de la Cámara de Diputados, porque en la Cámara del Senado es sólida la mayoría coalicionista que respalda al gobierno constitucional. Al comentar la posibilidad de que se le pueda pedir la renuncia, pronunció su famosa frase: “Yo soy un Presidente que ni renuncia, ni lo renuncian”.

Recordó que “entre las cuestiones tratadas con el Presidente Kennedy, ocupando un gran sitio en nuestra conversación privada de tres horas, estuvo la de la petición de que se mantenga una cuota alta de nuestra exportación de petróleos crudos hacia el mercado norteamericano “, además de haber planteado la necesidad de algunos préstamos para acelerar la política de la vivienda urbana y rural, para acelerar el desarrollo industrial del país, para construir acueductos y cloacas en los pueblos del interior. Dijo que esperaba que en el Congreso habrá “suficiente patriotismo en el sector sano de los grupos parlamentarios de la oposición” para apoyar los préstamos que, de acuerdo con la Ley de Crédito Público, requieran la aprobación legislativa. “Voy a recorrer el país antes de que se reúna el Congreso…y voy a pedirle a los pueblos que les hagan saber a sus representantes en el Congreso que obstaculizar la realización de esas medidas no es ponerle piedras en los rieles a este gobierno, sino impedir la felicidad de millares y millares de venezolanos”.

En cuanto a la política internacional, mencionó que “ya en Santo Domingo no está el déspota despreciable, sino un gobierno democrático que va a hacer elecciones” y que “su Canciller en Punta del Este dijo ante todos los cancilleres de América que la libertad de Santo Domingo se debía principal y fundamentalmente al esfuerzo y a la acción de gobierno y pueblo de Venezuela”. Sobre esa Conferencia de Punta del Este –como dijimos líneas arriba, la VIII, convocada por la OEA, se realizó del 21 al 31 de enero- el Presidente Betancourt continuó diiciendo: “Y en la reunión de Punta del Este fue planteado el problema de Cuba. Y escúchese bien: veinte gobiernos, veinte estados del continente aprobaron los dos primeros puntos de la resolución definitiva. El primero, que calificaba al gobierno de Cuba como régimen autoelecto, no nacido de elecciones, no ajustado al sistema representativo, violador de los derechos humanos, y acogotador de las libertades públicas, y que era un régimen sin autonomía de conducta, sino que estaba sometido a los dictados y a las imposiciones del eje chino-soviético. Y el segundo punto aprobado por veinte delegaciones fue el de que el régimen de Cuba era incompatible con el sistema interamericano. La divergencia surgió en una interpretación jurídica. Catorce gobiernos de los cuales formó parte orgullosamente Venezuela y que constituyen los dos tercios de la OEA, dijeron que si era incompatible ese gobierno con el sistema interamericano debía ser expulsado del sistema interamericano…América alzará al mundo la bandera de su integridad ética en las relaciones internacionales cuando expulse de la OEA no sólo a la Cuba comunista sino a los otros tres gobiernos dictatoriales que aún quedan maculando el mapa político del continente”.

El discurso presidencial concluyó con la invitación a visitar la exposición que había en la Plaza Aérea: “…En la Plaza Aérea, donde con cifras y datos irrefutables, se demuestra cómo los 18.000 millones de bolívares que hemos gastado en los tres años que llevamos de gobierno se han empleado en obra útil; y que no ha habido robo, y que cuando lo ha habido ahí están los ladrones presos en las cárceles y están en los tribunales los juicios abiertos a los reos del delito de peculado. Y cuando salgamos del gobierno habremos demostrado en este país, donde tradicionalmente el peculado ha sido endémico, que un equipo de gobernantes puede administrar cuantiosos ´presupuestos sin dejar parte del peculio público acumulado en sus haberes privados” (8).

Continuaremos el análisis sobre el año 1962 en el próximo Collage.

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Notas

1-Ramón J. Velásquez. “Aspectos de la Evolución Política de Venezuela en el Último Medio Siglo”. Venezuela Moderna. Fundación Eugenio Mendoza. Caracas 1976. Pág. 222.

2-Historia Gráfica de Venezuela. José Rivas Rivas. El Gobierno de Rómulo Betancourt. Segunda Parte. 1961-1962. Ediciones Torán C.A. Caracas, Venezuela 1993. Pág. 149-150.

3-Ramón J. Velásquez. Obra citada. Pág. 222.

4-Luis José Silva Luongo. “De Cipriano Castro a Carlos Andrés Pérez 1899-1979”. 1a edición Monte Ávila Editores. 2000. Tomo I. Pág. 408.

5- Historia Gráfica de Venezuela. Obra citada. Pág. 150 y 151.

6-Pompeyo Márquez. “Pompeyo Márquez contado por sí mismo”. Impresión: Impresos Publigráfica 66 C. A. Caracas, Venezuela 2011. Pág. 184-185.

7-Las citas de Teodoro Petkoff fueron tomadas de la entrevista que le hizo Agustín Blanco Muñoz en el libro “La Lucha Armada: hablan 5 jefes”. Universidad Central de Venezuela. Facultad de Ciencias Económicas y Sociales. División de Publicaciones. 1980. Pág. 206-208.

8-Las citas del discurso del Presidente Betancourt fueron tomadas de su libro “La Revolución Democrática en Venezuela”. Imprenta Nacional. Caracas/1968. Tomo II. Pág. 233-240.

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Comentario de ahora:

Devoción y sumisión a Fidel Castro. En 1994, Hugo Chávez, recién salido de la cárcel por su fallido golpe del 4 de febrero de dos años antes, visitó a Cuba para conocer personalmente y rendirle pleitesía a Fidel Castro. Volvió a la isla, poco antes de asumir la presidencia en 1999, y pronunció un discurso en el que fijó los lineamientos de la política que seguiría en la relación con el régimen de Fidel Castro. Sobre esa relación, en España se acaba de publicar un libro titulado “La invasión consentida” (Debate, 2021), de uno o varios autores, firmado con el seudónimo de Diego G. Maldonado, donde se presentan en forma documentada los negocios celebrados entre Cuba y Venezuela a partir del año 2000. El seudonimista le declaró al periódico español ABC: “A Chávez le gustaba hablar de integración y cooperación, pero en la práctica estableció una relación de subordinación a Cuba. Y eso es evidente al examinar los miles de acuerdo con la isla, financiados por Venezuela en áreas como salud, deporte, educación, agricultura, informática, electricidad, construcción y otras”.

En otro medio español, El Mundo, añadió Maldonado: “El intercambio comercial de Venezuela y Cuba pasó de 912 millones de dólares en 2000, cuando desplazó a España como primer socio comercial de La Habana, a 13.000 millones en 2010. Cuba ha obtenido tantos recursos del país que se dio el gusto de exportar petróleo venezolano en 2014”.

El libro mencionado, “La invasión consentida”, no ha llegado todavía a Caracas. Las informaciones dadas, las he tomado de notas publicadas en Noticiero Digital los días 3 de febrero y 16 de febrero de este año 2021.

Contrasta esta conducta del régimen de Chávez con la posición adoptada en 1959 por Rómulo Betancourt, cuando siendo Presidente Electo, recibió a Fidel Castro, de visita en Venezuela, y no accedió a los pedidos del líder antillano de que nuestro país le vendiera petróleo en condiciones especiales y le concediera un préstamo de 300 millones de dólares.

El régimen dictatorial del causahabiente de Chávez, Nicolás Maduro, ha continuado con igual fervor la entrega de recursos nacionales a los que ahora siguen despotizando al pueblo cubano. En otra ocasión, nos referiremos a esas renovadas complacencias.