El ataque provocó críticas hacia el comando militar ruso, acusado por el ex responsable separatista Igor Strelkov de almacenar municiones en un edificio desprotegido.
Por José Piñeiro
Rusia reconoció este lunes la muerte de 63 militares rusos a consecuencia del impacto de un misil ucraniano contra un cuartel del Ejército ruso ubicado en la localidad de Makíivka de la región ucraniana de Donetsk, anexionada por Moscú en septiembre pasado.
«El régimen de Kyiv atacó con seis misiles HIMARS producidos en Estados Unidos un cuartel temporal de una de las unidades de militares rusos en la localidad de Makíivka”, declaró el portavoz del mando ruso, Igor Konashénkov, quien afirmó que la defensa antiaérea rusa derribó dos de los seis proyectiles.
Según Defensa, «a consecuencia del impacto de cuatro misiles (…) murieron 63 militares rusos».
«Los familiares y allegados de los militares fallecidos recibirán toda la ayuda y el apoyo necesarios», añadió el mando ruso.
El mando ucraniano reconoció haber bombardeado hasta 10 vehículos y un número indeterminado de militares en Makiivka y asegura que el ataque se llevó a cabo el 31 de diciembre.
«Se están aclarando las pérdidas en términos de personal para los ocupantes», detalló el Estado Mayor en Facebook. Unas horas antes, Ucrania elevó el número de muertos a 400.
El anuncio de estas pérdidas provocó críticas hacia el comando militar ruso, acusado por el ex responsable separatista Igor Strelkov de haber almacenado munición en el edificio desprotegido.