La inflación en Estados Unidos ha bajado por octavo mes consecutivo en febrero, con un aumento del 6,0% interanual. A pesar de esto, la inflación subyacente sigue siendo alta (5,5%), lo que plantea un dilema a la Reserva Federal en cuanto a si subir los tipos de interés en su próxima reunión. El presidente de la Fed, Jerome Powell, debe elegir si la inflación o la inestabilidad financiera son el mayor enemigo a corto plazo, y la caída del Silicon Valley Bank y del Signature Bank ha complicado aún más la situación.
El mercado laboral en Estados Unidos sigue constreñido, con una tasa de desempleo del 3,6%, lo que implica un riesgo de que la inflación se enquiste. Powell ha estado tratando de lograr un aterrizaje suave de la economía estadounidense, controlando la inflación sin provocar una recesión. La subida de los tipos de interés podría ser una señal clara de compromiso con la estabilidad de precios, pero también conlleva un riesgo significativo de inestabilidad financiera.
La decisión final de la Reserva Federal dependerá de cómo Powell y su equipo evalúen la situación actual. Mientras que algunos analistas esperaban una subida de tipos de 0,5 puntos en la próxima reunión, otros ahora creen que podría ser de 0,25 o que no habrá subida en absoluto debido a las recientes tensiones en el sistema bancario. Una subida de tipos de interés exitosa podría ayudar a conjurar los fantasmas de una crisis financiera, pero un error de cálculo podría tener consecuencias graves.