Putin Kim

Kim Jong Un cuadrado totalmente con Putin

En el corazón de la tecnología espacial rusa, los dictadores discuten cooperación militar y espacial en medio de la crisis ucraniana.

El cosmódromo de Vostochny, situado en el extremo oriental de Rusia, fue el epicentro de una cumbre crucial este miércoles, donde el dictador norcoreano Kim Jong Un y su homólogo ruso Vladímir Putin se reunieron para discutir una serie de temas que resaltan la alineación creciente de sus intereses geopolíticos.

Durante su encuentro, que duró entre cuatro y cinco horas, Kim expresó su «apoyo total e incondicional» a Rusia, afirmando estar junto al Kremlin en la lucha «antiimperialista». Putin, por su parte, expresó su satisfacción por recibir a Kim, destacando que durante el encuentro se abordarían temas de cooperación económica, humanitaria y la “situación en la región”.

El líder norcoreano señaló el respaldo a los esfuerzos de Rusia en Ucrania, mencionando que “Rusia está inmersa en una lucha justa contra fuerzas hegemónicas para defender sus derechos soberanos, su seguridad y sus intereses”, y destacando que Corea del Norte siempre estaría con Rusia “en el frente antiimperialista y en el frente de la independencia”.

La elección del cosmódromo para el encuentro no fue casual; Kim estaría buscando asistencia técnica de Rusia para desarrollar satélites de reconocimiento militar. Según Putin, se trató de un tema de discusión: “para eso hemos venido aquí. El líder de la RPDC muestra un gran interés en la tecnología de cohetes. También están tratando de desarrollar el espacio”, expresó, utilizando la abreviatura del nombre oficial de Corea del Norte.

Durante su visita, Kim también tuvo la oportunidad de interrogar a un funcionario espacial ruso sobre los cohetes mientras visitaban las instalaciones de lanzamiento de las naves espaciales Soyuz-2. Seguido de esto, se trasladaron a una reunión más formal, primero con sus respectivas delegaciones y luego en un encuentro cara a cara, según informó Dmitry Peskov, vocero del Kremlin.

A pesar de la aparente armonía, la cumbre se realizó bajo una sombra de desafío a la comunidad internacional, ya que tanto la cooperación militar como la asistencia técnica en tecnología de cohetes violarían las sanciones impuestas por organizaciones globales, sanciones que Rusia apoyó en el pasado.

Los detalles sobre los compromisos específicos alcanzados durante la cumbre siguen siendo materia de especulación, sin embargo, Kim y Putin enfatizaron en su deseo de profundizar la «cooperación estratégica y táctica».

El encuentro culminó con un almuerzo oficial, donde se sirvieron platos representativos de la gastronomía de Siberia y del Lejano Oriente ruso. Post-cumbre, se espera que Kim realice visitas a otras ciudades significativas en la región, incluyendo una demostración de las capacidades de la flota rusa del Pacífico en Vladivostok.