CUMBRE

Canadá y la UE piden solución de dos estados para conflicto en Gaza

En la cumbre en Canadá, líderes internacionales abogan por una solución al conflicto de Gaza y la protección de los civiles.

La crisis de Gaza ha encontrado un espacio en la agenda internacional durante la cumbre celebrada en San Juan de Terranova, donde Canadá y los Veintisiete han expresado una posición unificada contra el desplazamiento forzado de palestinos y la violencia que azota la región.

En una exhibición de diplomacia transatlántica, el primer ministro canadiense Justin Trudeau y figuras clave de la Unión Europea como Ursula von der Leyen y Charles Michel han compartido su visión de una solución pacífica al conflicto.

La tregua humanitaria en Gaza, que inició este viernes, ha sido bien recibida por los líderes, quienes ven en ella un respiro necesario y una oportunidad para reforzar el llamado a una solución de dos estados. Von der Leyen, en una rueda de prensa, enfatizó la urgencia de prevenir la extensión de la violencia y la relevancia de una solución que reconozca la coexistencia de Israel y Palestina.

El enfoque de Canadá y la UE no solo se centra en la respuesta inmediata al conflicto, sino también en el compromiso a largo plazo con la estabilidad regional. La creación de un corredor marítimo con Gaza, con la colaboración de Chipre, subraya una estrategia para abordar la crisis humanitaria que va más allá de la condena y entra en el territorio de la acción concreta.

La declaración conjunta pone sobre la mesa la protección de la vida civil y la adhesión al derecho internacional como principios innegociables. Además, el rechazo a la intolerancia y la discriminación basada en la religión o el origen refleja un enfoque que trasciende la política para tocar la fibra humana de la crisis.

En Europa, el reconocimiento de Palestina por parte de nueve países miembros y la presencia diplomática en el terreno de otros trece, ilustra la diversidad de enfoques y el debate interno de la UE respecto al reconocimiento de estados. La posición de España, abierta a reconocer Palestina de manera individual, demuestra la autonomía de los estados miembros y su voluntad de influir en el panorama internacional.