La exembajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, pronostica una presidencia femenina, asegurando que será ella o Kamala Harris quien ocupe la Casa Blanca.
Nikki Haley, la exembajadora de EE.UU. ante la ONU y aspirante a la nominación republicana, ha hecho una declaración audaz sobre el futuro de la presidencia estadounidense.
En una aparición en «The Hugh Hewitt Show», Haley proclamó que la próxima presidenta de Estados Unidos será o ella misma o la actual vicepresidenta, Kamala Harris.
«Seré yo o será Kamala Harris, y no quiero una Kamala Harris como presidenta», dijo Haley, estableciendo un escenario donde la presidencia femenina parece no solo posible, sino inminente.
Este pronóstico resalta no solo la confianza de Haley en su propia candidatura, sino también un reconocimiento implícito del creciente poder y la influencia de las mujeres en la política de EE.UU. Al señalar a Kamala Harris como su potencial rival en la carrera por la Casa Blanca, Haley sitúa la discusión política en un terreno donde las mujeres están a la vanguardia.
A pesar de que Donald Trump sigue siendo el favorito en las encuestas, Haley subraya su convicción de que el expresidente no puede ganar contra Joe Biden en una elección.
Esta percepción se basa en su análisis de las primarias recientes y el respaldo que ha recibido entre los votantes independientes. En Nuevo Hampshire, aunque Trump fue el vencedor, Haley destacó entre los independientes con un 58 % de apoyo, frente al 39 % de Trump. Además, en Iowa, Trump mostró un respaldo menor en los suburbios de rentas altas.
Haley también enfatizó la pérdida de apoyo de Trump entre algunos republicanos y la falta de deseo de los estadounidenses por una revancha entre Biden y Trump. Estas observaciones son claves en su estrategia para destacarse como una alternativa viable y atractiva dentro del Partido Republicano.
Con la mirada puesta en las próximas primarias de Carolina del Sur, su estado natal, y los resultados ya definidos en Nevada, Haley se posiciona como una candidata que busca trascender las divisiones tradicionales y atraer a un electorado más amplio y diverso. Su declaración sobre una futura presidenta, ya sea ella o Kamala Harris, es un testimonio de su visión para el futuro político de EE. UU., un futuro donde las mujeres no solo participan, sino que lideran.