DIOSDADO

Diosdado Cabello descarta a María Corina Machado de las presidenciales 2024

El líder del PSUV asegura que la opositora no tiene posibilidad de participar en las elecciones venezolanas hasta el 2037.

En una declaración contundente, Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sentenció el futuro político inmediato de la dirigente opositora María Corina Machado, excluyéndola de cualquier posibilidad de candidatura para las próximas elecciones presidenciales venezolanas, programadas para 2024, e incluso hasta el año 2037.

Durante su acostumbrada rueda de prensa de los lunes, Cabello desestimó rotundamente las aspiraciones políticas de Machado, refiriéndose a su exclusión como una decisión final y sin lugar a discusión.

«No hay ni una sola posibilidad de que esa persona vaya a participar en las elecciones presidenciales como candidata. No solo en esta, en las próximas tampoco, hasta el año 2037. Son pataletas de niño consentido. Le auguro pronto cansancio», declaró Cabello.

Esta postura marca una nueva fase en la ya tensa relación entre el gobierno venezolano y la oposición, que según Cabello, lleva 25 años intentando, sin éxito, derrotar a la revolución bolivariana.

El dirigente del PSUV no solo criticó las posibilidades electorales de Machado, sino que también cuestionó su actitud, acusándola de arrogancia y de no estar dispuesta a reconocer los resultados de las elecciones.

Además, Cabello subrayó la determinación del PSUV de asegurar la reelección de Nicolás Maduro para un nuevo período presidencial, mientras minimizaba la influencia y la relevancia de Machado dentro de la oposición venezolana.

«Si yo fuese opositor, pensaría que María Corina trabaja para el Gobierno, porque nunca le pasa nada», ironizó.

Respecto a las conversaciones entre el gobierno y la oposición, Cabello insistió en que se realicen dentro de Venezuela, criticando la práctica anterior de sostener estas discusiones en el extranjero, lo que a su juicio, solo servía como excusa para viajes prolongados de los opositores. Esta decisión subraya el deseo del madurismo de controlar el escenario político y dialogar bajo sus propios términos, enfatizando una Venezuela que, según Cabello, se aleja cada vez más de la influencia estadounidense.