Enfrentando un plazo crítico, Donald Trump busca formas de cumplir con la fianza de 464 millones impuesta en su contra, mientras arremete contra el sistema judicial.
Donald Trump, el polémico ex presidente de Estados Unidos, se encuentra en una encrucijada legal y financiera al enfrentarse a la titánica tarea de reunir una fianza de 464 millones de dólares.
Esta suma, impuesta por el juez Arthur Engoron de Nueva York, ha provocado un aluvión de críticas por parte de Trump, quien no ha dudado en expresar su indignación a través de su red social, Truth Social, calificando la decisión judicial como “ridícula” y parte de una “caza de brujas”.
A solo días del plazo final, el 25 de marzo, para completar el pago, Trump y su equipo legal enfrentan el desafío de cómo cumplir sin “hipotecar o vender grandes activos, tal vez a precio de saldo”, según expresó el mismo Trump. Sus abogados han argumentado ante el juez Engoron la imposibilidad de reunir la cantidad demandada, describiéndola como “una imposibilidad práctica”.
La situación se complica aún más debido a la dificultad para obtener una aseguradora que respalde la fianza. Después de acercarse a aproximadamente 30 compañías de seguros a través de cuatro corredores distintos y dedicar “incontables horas negociando”, el equipo legal de Trump no ha conseguido encontrar a una aseguradora dispuesta a tomar el caso.
Este escenario pone a Trump en una posición delicada a medida que se acerca la fecha límite crítica en su batalla legal. Si el ex presidente no presenta una garantía financiera antes del lunes, la fiscal general de Nueva York, Letitia James, puede iniciar el proceso de cobro, lo que podría llevar a la incautación y venta de activos significativos de Trump, desde propiedades inmobiliarias hasta bienes personales.
La ofensiva de Trump no se limita a sus declaraciones públicas; también ha buscado apelar el veredicto y detener los esfuerzos de cobro mientras dure el proceso de apelación. Sin embargo, la renuencia de las aseguradoras a participar ha dificultado esta estrategia.
El caso resalta no solo las tensiones legales en curso entre Trump y el sistema judicial de Nueva York, sino también la profunda división política que su figura continúa generando en Estados Unidos. Mientras Trump se prepara para enfrentar este desafío financiero, el país observa atentamente las implicaciones que este caso podría tener no solo en su fortuna personal, sino también en su futuro político.