El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, y el presidente del Consejo de ministros italiano, Paolo Gentiloni, han hecho un «enérgico llamamiento» al gobierno de Venezuela para que «reconsidere» su decisión de convocar una Asamblea Constituyente porque «divide al país en vez de unirlo».
Bajo el título «Venezuela: no podemos resignarnos», ambos dirigentes escriben un artículo en la edición de hoy del diario español «El Mundo» para reivindicar la necesidad de «dejarse de dilaciones» y acabar con la «creciente gravedad» de la situación que atraviesa Venezuela, en cuanto a la escalada de violencia y a la crisis social, económica y humanitaria que azota al país.
Rajoy y Gentiloni recuerdan que la Constitución venezolana de 1999 «ya prevé mecanismos útiles para encontrar una solución política que pueda reordenar los distintos intereses, respetando las instituciones, las leyes y la soberanía popular», y rechazan la decisión del gobierno de Nicolás Maduro de convocar una Asamblea Constituyente porque aseguran que dividirá aún más al país en lugar de unirlo.
Por contra, ambos mandatarios urgen la necesidad de «definir sin demora una plataforma de negociación que ponga en marcha una dinámica de acercamiento y de responsabilidad comunes entre las fuerzas enfrentadas» en Venezuela.
Esa plataforma de negociación, continúan Rajoy y Gentiloni en su artículo, no podría prescindir de cuatro condiciones: el respeto al Estado de derecho, la liberación de todos los «pesos políticos», la apertura de un canal humanitario a favor de la población venezolana y la aprobación de un calendario electoral para que el pueblo pueda pronunciarse libremente en las urnas.
Los dos políticos se confiesan en su artículo «horrorizados» por la «situación dramática» de un país que consideran «hermano» de los suyos, y ofrecen la colaboración de España e Italia para ayudar a Venezuela «en este difícil trance» y mediar ante la Unión Europea para que también brinde su apoyo.
Sin embargo, recuerdan que la responsabilidad «última» en la futura transformación de Venezuela corresponde al gobierno de aquel país pues afirman que de sus decisiones «penden el destino, las necesidades, las esperanzas y los miedos» de millones de venezolanos.