Por Francisco Poleo
Las encuestas fallaron abruptamente en Florida. Los republicanos no solamente retuvieron la gobernación sino que se adueñaron del otro escaño del Senado, por lo que el estado sureño ahora sólo tiene representantes conservadores en la Cámara Alta del Congreso nacional.
La encuesta de la Universidad de Quinnipiac daba ganadores a los demócratas un día antes de las elecciones, y no por una ventaja cualquiera. Hasta siete puntos separaban, según este sondeo, a Bill Nelson (D) de su rival en la carrera por el Senado, el gobernador saliente Rick Scott (R). La misma ventaja le sacaba en esa medición Andrew Gillum (D) a Ron DeSantis (R).
Gravis Marketing, por su parte, le daba a Gillum una ventaja pequeña (48% a 47%) de un punto sobre DeSantis, mientras que a Nelson lo ponía adelante de Scott con tres puntos de ventaja (50% a 47%). En cuanto a CNN, Nelson obtendría 49% y Scott 47% mientras que Gillum sacaría 49% y DeSantis 48%. Estas dos mediciones salieron antes de la de Quinnipiac, que fue revelada apenas un día antes y ya mostraba una gran brecha.
Los resultados finales fueron más cercanos a los números de Gravis Marketing y CNN, aunque invertidos. DeSantis alcanzó la gobernación de Florida con el 49.7% de los votos contra el 49% de Gillum, quien concedió la victoria rápidamente a pesar de los reportes de unos votos que faltaban por contabilizar, provenientes de Broward, que sin embargo no le hubieran alcanzado al demócrata.
La pelea por el Senado todavía se puede considerar abierta porque Nelson no ha concedido y, de hecho, espera que se haga un recuento. Si la ventaja en la carrera a la gobernación fue cerrada, en este caso hablamos, a la hora de escribir esta crónica, de apenas una diferencia de 0.4%. El aspirante demócrata, que lleva en el cargo 18 años, registra el 49.8% de los votos, mientras que Scott habría alcanzado el 50.2%.
Las peleas locales
Las disputas en la arena de los distritos de la Cámara Baja estuvieron parejas, aunque los demócratas lograron recuperar algunos escaños. Uno de ellos fue el que detentaba Carlos Curbelo, conocido en la comunidad latinoamericana por su ascendencia cubana y su lucha contra regímenes dictatoriales como los de Cuba, Nicaragua y Venezuela. La derrota del congresista fue una de las sorpresas de la noche, pero los latinos podrán todavía verse representados, ya que la ganadora de la curul fue la ecuatoriana-estadounidense Debbie Mucarsel-Powell.
Otro batacazo fue el de Donna Shalala. La veterana funcionaria, quien fue secretaria de Salud en el gobierno de Bill Clinton y luego presidenta de la Universidad de Miami, se quedó con uno de los escaños más simbólicos, el que ocupó por 29 años la republicana moderada Ileana Ros-Lehtinen, quien se retira este año. En la comunidad del sur de la Florida se daba por sentado que ganaría María Elvira Salazar, polémica periodista con mucha pegada en el electorado cubano, pero al final Shalala se llevó la victoria holgadamente (51.8% vs 45.8%).
Entre los que conservarán sus escaños están los viejos conocidos Mario Díaz-Balart (R), Debbie Wasserman Schultz (D) y Charlie Crist (D).
Beckham tendrá su estadio
Uno de los temas que más había generado polémica entre los votantes de Miami estaba la autorización para que las autoridades de la ciudad pudieran negociar con el Inter Miami, el equipo de fútbol de David Beckham, la construcción de un estadio. Quienes son adversos a la idea esgrimen que no se trata simplemente de un campo deportivo sino de un macro complejo empresarial en áreas verdes que son de todos los contribuyentes.
Beckham y sus socios, entre ellos los poderosos empresarios locales Mas, aclaran que no tocarán el bolsillo de los contribuyentes y que, al contrario, traerán ingresos a la ciudad. El hecho es que la propuesta fue aprobada con el 60% de los votos, así que hay luz verde para el complejo que será conocido como el Miami Freedom Park.
Otras propuestas que fueron a votación fue la de darle más poderes al alcalde de Miami, lo cual fue rechazado. Lo que sí fue aprobado a nivel de todo el estado es que a los ex convictos les sea restituido el derecho al voto, lo cual previsiblemente cambiará el mapa político de Florida en las próximas elecciones.
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